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Negocios

Fallece Víctor Hugo Puchi, el empresario patagónico precursor de la industria salmonera chilena y artífice de AquaChile

Víctor Hugo Puchi - Aqua.cl
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Este hombre de negocios, oriundo de la Patagonia chilena, se transformó en el artífice de la industria del salmón en Chile.

A la edad de 71 años y tras una enfermedad, este lunes se confirmó el fallecimiento, durante la madrugada, del empresario y emprendedor chileno, Víctor Hugo Puchi Acuña. Este hombre de negocios, oriundo de la Patagonia chilena, se transformó en el artífice de la industria del salmón en Chile y forjó la que se convertiría en la segunda mayor compañía del mundo en el rubro, tras Mowi (ex Marine Harvest).

De la Patagonia al mundo

La historia de Víctor Hugo Puchi se inserta dentro de una familia de tercera generación de colonos de Aysén y comenzando con su abuelo, Etelviro Puchi Muñoz, originario de San José de la Mariquina, quien arribó a la Patagonia en torno a 1920 como colono, específicamente a Coyhaique, a la industria ganadera. Y luego, el hijo de este, Humberto Puchi Muñoz, se fue a colonizar en Cochrane en la misma actividad ganadera de cría de vacunos, ovejas, y caballos, en los años 50. Por ello, Víctor Hugo Puchi nació en Cochrane, literalmente, a orillas del Río Baker y a pocos kilometros de Campo de Hielo Norte, lo que forjó su personalidad sureña y patagónica, en una época en que apenas existía lo que hoy se conoce como Carretera Austral.

Tras estudiar la primaria en Cochrane -en una rutina propia de la gente de campo, en que junto a su madre y hermanos vivían en el pueblo y los fines de semana se regresaban al campo a trabajar-, Víctor Hugo Puchi se fue a Coyhaique, al Liceo San Felipe Benicio, para proseguir con su enseñanza media. Y dado su rendimiento sobresaliente, su aptitud natural para los estudios y, en especial para el inglés, lo becaron en 1969 para que se fuera de intercambio a Estados Unidos, el AFS, a los 17 años.

Puchi ni siquiera había estado en Puerto Montt, menos en Santiago, y desde luego nunca se había subido a un avión, por lo que su arribo a Estados Unidos, al estado de Nueva York, en la localidad de Syracuse, fue una experiencia radical para un joven que había vivido siempre en la ruralidad de la Patagonia, en una vida gaucha y nómade, arriba del caballo, trasladando animales, y que -contó en entrevistas- ni siquiera conocía las escaleras mecánicas. Literalmente,  se bajó del caballo para ir Estados Unidos.

Tras ese intercambio, regresó a Chile y entró a estudiar ingeniería comercial en la PUC -quedó segundo en la carrera-, y al salir de la carrera, uno de los profesores lo invitó a su oficina a trabajar, pero pronto le aconsejaron que si quería llegar lejos, tenía que hacer un post grado fuera del país. Así, ya casado con Cecilia Reyes, a quien había conocido en la época de estudiantes y con dos hijos, Rodrigo y Paulina Puchi, partió a Chicago, a un MBA, a inicios de los 80.

Regresó a Chile justo para la crisis de 1982 y trabajó en diversos cargos gerenciales de compañías como Inforsa, Iansa, y Hucke - McKay, Quiñenco. Su hijo mayor, Rodrigo Puchi, recuerda que su padre solía decir que lo más entretenido en su vida laboral había sido el manejo de crisis, salvar empresas en problemas, por el aprendizaje que le dejaban esas experiencias.

De Puerto Octay a las ligas mayores en el salmón

Al tiempo, Víctor Hugo Puchi trabajando con la familia Wescot: Micheal y Tony Westcott-, ligados a firmas como Davis Autos y Laboratorio Davis, fue de vacaciones familiares a Frutillar,  donde vivía su hermano mayor, Mario Humberto Puchi -que trabajaba en una empresa salmonera-, en que se produjo el primer vínculo con esta industria, que estaba en pañales en Chile.  Su hermano había estudiado ingeniería en pesca y había trabajado en Sernapesca, y junto a Pablo Aguilera, habían investigado la crianza de salmones a mediados de los 70. Incluso había viajado a Japón para tratar de replicar la actividad en Chile.  Y en esa visita,  literalmente en una servilleta de papel, Víctor Hugo Puchi empezó a tirar las primeras líneas de este incipiente negocio. Al final, Puchi, en compañía de su hermano, de Pablo Aguilera y los Westcott armaron un primer proyecto, una primera piscicultura en aguadulce, en la comuna de Puerto Octay, en una localidad llamada Aguas Buenas, e importando las primeras ovas de manera muy artesanal. Recogían de madrugada los envíos en el mismo aeropuerto, cajas con miles de pequeñas ovas vivas, a los que había que mantenerles la temperatura baja. Fue el debut de AquaChile, constituida el 26 de abril de 1988, y que luego crecería al invitar a la familia Fischer a formar parte.

La historia es conocida. Vino el crecimiento, matizado también por períodos complejos en esta trayectoria, como la acusación de dumping en 2002, hecha por productores de Escocia e Irlanda en contra de salmoneros chilenos, desechada luego por la UE. También la crisis del virus ISA que afectó a la industria y cuyos primeros brotes aparecieron en 2007, y que casi hizo colapsar a la industria, agobiada por el sistema financiero ante esta coyuntura sanitaria.

Luego AquaChile viviría dos momentos trascendentes: la salida a Bolsa en 2011 -recaudando US$373 millones-, y finalmente la venta al holding Agrosuper, en US$850 millones, concretada en 2019.

“Mi papá fue una persona emprendedora e innovadora. Siempre buscó darle un mayor valor agregado a lo que desarrollaba. Por ejemplo, en el salmón quería potenciarlo como un producto chileno, que fuera un orgullo para los chilenos”, dijo su hijo Rodrigo Puchi, arquitecto de la PUC, recordando -por ejemplo- que su padre fue artífice de la primera tienda en Santiago de salmones de exportación de alta calidad para el consumidor chileno.

También Víctor Hugo Puchi se vinculó con causas que creía correctas, como la oposición al proyecto de represas HidroAysén, en 2005. Y en paralelo, también desarrolló otras iniciativas vinculadas con el Patrimonio y Paisaje.  “Con mi papá fuimos muy partners en todas las cosas que hacíamos. Una de esas como arquitecto en rescate patrimonial en Aysén y Los Lagos, de casas y de la cultura de construcción de embarcaciones en Chiloé, del embellecimiento de paisajes a lo largo de la Patagonia. Eso lo aprendí con él, y él conmigo. A mi papá le gustaba construir y restaurar desde muebles hasta casas, buscando poner en valor cosas antiguas y nobles. Junto con esto, como familia, buscamos desarrollar estos lugares que tienen alto valor turístico y de conservación”, describe Rodrigo Puchi.

Hoy le suceden sus cuatro hijos Puchi Reyes y 8 nietos. Los ya nombrados Rodrigo y Paulina, ambos arquitectos; Verónica, quien estudió arte; y Cecilia, diseñadora. Rodrigo Puchi se involucró en los negocios, puntualmente en AquaChile, pues desde su vereda como arquitecto y de manera independiente, trabajó en varios proyectos innovadores de  plantas de cultivo con sistemas de recirculación y en las mismas tiendas.

Tras la venta de AquaChile, y través del family office, Inversiones Río Baker, la familia ve los distintos negocios que siguió desarrollando Víctor Hugo, uno de los cuales mantiene la tradición familiar de la crianza de animales, de vacuno, en Aysén y Los Lagos (Puerto Octay), actividad en que se le ha dado un giro hacia la ganadería con manejo regenerativo de praderas.

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