Las perspectivas de las 21 economías que conforman el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) se han deteriorado marcadamente desde que comenzó la guerra comercial, advirtió la institución en un informe presentado en Viña del Mar, durante la reunión de ministros de Comercio del foro.
Según la Unidad de Apoyo de Políticas de APEC, debido al impacto de las tensiones arancelarias en el comercio, la inversión y el crecimiento globales, la expansión en la región del Asia-Pacífico se moderará a 3,8% este año, desde un 4,1% en 2018. En 2020, el crecimiento se desacelerará aún más, a entre 3,5% y 3,7%, pronosticó el reporte.
La desaceleración del Producto Interno Bruto de la región que comenzó en el segundo semestre de 2017 coincidió con el anuncio de medidas restrictivas del comercio entre Estados Unidos y China en el tercer trimestre de ese año, lo que escaló hasta la imposición de aranceles y represalias en 2018.
"Cualquier tipo de tensión comercial entre las dos mayores economías mundiales, y de APEC, es una situación en que nadie gana, lo que se aplica no sólo para esas economías, sino para todos los miembros de APEC", dijo Denis Hew, director de la Unidad de Apoyo de Políticas de APEC.
La desaceleración se explica en parte por el impacto negativo que ha tenido la tensión sino-estadounidense en el desempeño comercial de la región: el crecimiento del volumen de exportación de mercancías se moderó a 4,1% en 2018, tras un salto de 6,2% el año anterior. Y en valor, la expansión se desaceleró a 8,8%, desde un 10,3% en 2017.
Riesgos a la baja
El informe da cuenta que, desde la fundación de APEC, la región ha experimentado grandes cambios, con su economía pasando de US$ 23,5 billones (millones de millones) en 1990 a US$ 66,2 billones en 2018, creciendo a un promedio de 3,7% al año.
Esta expansión ha generado un alza en los ingresos promedio, lo que ha permitido reducir la pobreza y una expansión de la clase media, y el motor ha sido el comercio.
Sin embargo, el conflicto arancelario ha puesto en peligro estos avances y ha inclinado la balanza de los riesgos a la baja. El principal de ellos es el aumento de las tensiones entre EEUU y China, lo que podría arrastrar aún más el comercio, la inversión y el PIB globales.
A eso se suman las incertidumbres políticas, como la extensión de las negociaciones del Brexit, lo que podría afectar negativamente la confianza de los inversionistas. Otro riesgo es una desaceleración mayor a lo esperado en China, que pudiera afectar el crecimiento global y el de la región del Asia Pacifico en particular, y que golpearía a sus socios comerciales a través del comercio, la inversión y el turismo.
"Mantener el crecimiento económico en medio de las tensiones comerciales y la incertidumbre de políticas es un equilibrio delicado. Pero también presenta oportunidades para buscar reformas estructurales mayores que alienten un crecimiento que sea sostenible e inclusivo", explicó Hew