Un escenario de mayor inflación de aquí a diciembre, aunque aún por debajo del centro del rango meta previsto de 2% a 4%, planteó esta mañana el consejo del Banco Central ante la comisión de Hacienda del Senado.
Al presentar el Informe de Política Monetaria (IPoM) correspondiente a junio, la autoridad anticipó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) será de 2,8% hacia fines de año frente al 2,6% anterior, mientras que en 2020 será de 2,9% contra 3%, ratificando el 3% para fines de 2021.
"La convergencia de la inflación del IPC a 3% se dará durante el 2020, mientras que la del IPCSAE se producirá hacia comienzos del 2021. En ese período, indica el Informe, la brecha de actividad se irá cerrando gradualmente, lo que cooperará en esta trayectoria de los precios", dijo el comunicado del ente emisor.
Este nuevo pronóstico se inserta en la actualización de los parámetros estructurales de la economía conocidos el viernes, que dan cuenta de un crecimiento tendencial entre 3,25% y 3,75% en el período 2019-2028, mientras el crecimiento potencial está en torno a 3,4% para el período 2019-2021. En ambos casos, los valores son 25 puntos base superiores a los previamente estimados.
A su vez, la Tasa de Política Monetaria (TPM) neutral se ajustó a un rango entre 3,75 y 4,25%, 25 puntos base por debajo de la estimación previa.
"La suma de los antecedentes recogidos llevó al Consejo a estimar que para que el crecimiento efectivo logre cerrar la brecha de actividad y se produzca la convergencia de la inflación a la meta, es necesario recalibrar el impulso monetario", reiteró el IPoM.
"Hacia adelante, el inicio de la normalización de la TPM dependerá de que la inflación se encuentre en un claro proceso de convergencia a la meta", sostuvo el banco.
El reporte advirtió que para esa evaluación del comportamiento de la inflación será especialmente importante la forma en que el mercado laboral absorba el fuerte flujo inmigratorio, la respuesta de la inversión y los desarrollos del escenario externo.
PIB en baja sólo este año
En este marco, el informe proyecta que este año la economía crecerá entre 2,75% y 3,5%, rango menor al estimado en marzo (3% a 4%), resultado en que el menor crecimiento del primer trimestre tiene gran incidencia. Señala el IPoM que en el segundo semestre la economía retomará mayor dinamismo, y que en el 2020 y 2021 la economía crecerá a tasas superiores a las de este año, entre 3 y 4%.
Este comportamiento implica un recorte en las proyecciones para la expansión de la formación bruta de capital fijo, que pasó de 6,2% a 4,5% para este año, mientras que para los siguientes subió a 5,1% y 4,1% desde un anterior 4,3% y 3,9%, respectivamente.
El IPoM indica que la evolución de la actividad en el primer trimestre dio cuenta de una desaceleración respecto de períodos previos, aunque mayormente focalizada en sectores ligados a factores de oferta. Destaca también el menor crecimiento de la inversión en maquinarias y equipos y las exportaciones, que coinciden con el deterioro del escenario externo y una acumulación de existencias que no se ha revertido según lo esperado.
Otros componentes del gasto, en cambio, dice que no han mostrado mayores cambios respecto de lo previsto, en especial el consumo. "La inversión en construcción y otras obras y el consumo evolucionaron de acuerdo a lo esperado, no mostrando cambios en la tendencia de los trimestres previos. Esto con un mercado laboral donde distintos indicadores muestran una mayor creación de empleo". Los riesgos en el país y afuera En su Informe, el Consejo del Banco Central señaló que, en lo interno, el balance de riesgos internos para la actividad se encuentra sesgado a la baja, mientras que la inflación está equilibrado.
En lo externo mencionó que continúa sesgado a la baja. Una intensificación de los riesgos externos, agregó, podría llevar a un deterioro abrupto de las condiciones financieras globales, que aun considerando una reacción de los principales bancos centrales, podría tener efectos significativos en la economía mundial.
Agregó que la materialización de alguno de los escenarios de riesgo externos podría impactar negativamente en las expectativas y decisiones de inversión locales.
En lo interno, el reporte resaltó un riesgo respecto de la evolución de la inversión, en particular por la posibilidad que sea menor a la proyectada dada la mayor incertidumbre del escenario externo y los diversos costos asociados a la tramitación de los proyectos de inversión.