La estatal chilena Codelco, la mayor productora de cobre de mundo, inauguró este miércoles las operaciones subterráneas de su gigantesca mina Chuquicamata, en un esfuerzo de ingeniería que le permitirá alargar su vida útil otras cuatro décadas.
Ubicada en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, el proyecto implicó más de una década de trabajo y una inversión de 5.000 millones de dólares -la más grande realizada por la cuprífera estatal responsable de casi el 11% del cobre mundial-, para extender la vida de este yacimiento explotado desde 100 años a rajo abierto.
Después de todo ese tiempo, el rajo se extendía ya por 950 hectáreas de extensión y su crecimiento se hacía económicamente inviable.
"Hoy es un día importante, pocas empresas han tenido que reinventarse como lo ha hecho Codelco. Este proyecto permitirá alargar en 40 años la vida útil de esta mina y requirió un esfuerzo gigantesco en diseño, creatividad, y en adaptarse con los nuevos tiempos", aseguró el presidente Sebastián Piñera, en la ceremonia de inauguración.
Ubicada a unos 1.600 km al norte de Santiago, Chuquicamata inicia hoy "una transformación que maximizará el valor económico de la empresa y su aporte al Estado en el largo plazo", afirmó por su parte el presidente del directorio de Codelco, Juan Benavides.
Las obras de transformación del yacimiento se iniciaron a mediados de los años 90 e implicaron el trabajo de unas 16.000 personas. Hacia 2020 se proyecta la construcción de 148 km de túneles y galerías, los que se extenderán a 750 km durante toda la vida útil del proyecto.
Con su puesta en marcha, se incrementará en casi 40% la productividad minera del yacimiento, la que llegará a 61 toneladas métricas finas (tmf) por persona en 2025, comparada con las 44 actuales.
La mina, que cuenta con reservas por 1.028 millones de toneladas de mineral de cobre, producirá 320.000 toneladas de cobre fino anuales en 2026.
La obra subterránea tiene tres niveles de profundidad, con un total de más de 898 metros desde el fondo del rajo actual y más de dos kilómetros desde la superficie tendrá la mina cuando alcance su tercer nivel.
El comienzo de las operaciones de la mina subterránea se produce en medio de un complicado escenario para el cobre cuyo precio se ha visto golpeado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la incertidumbre sobre el consumo de materia prima del gigante asiático, el principal comprador del metal rojo.