AFP
La incertidumbre llegó a su fin en la noche del domingo a horas del plazo límite y los negociadores canadienses y estadounidenses alcanzaron un acuerdo sobre la reforma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El nuevo tratado pasará a llamarse Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (AEUMC), según una declaración conjunta.
El comunicado destacó que el nuevo acuerdo entre Estados Unidos, Canadá y México generará un "crecimiento económico sólido".
Para cerrar el acuerdo, Canadá cedió en el sistema de cuotas para la leche, que abrirá el mercado a los productores estadounidenses, dijo este domingo un funcionario canadiense.
Ottawa, por su parte, consiguió preservar el sistema del TLCAN de solución de conflictos entre los socios que Estados Unidos quería modificar.
Además el nuevo pacto incluirá un capítulo ambiental y como parte del acuerdo, Canadá podrá conservar la protección del sector cultural.
"El AEUMC proporcionará a nuestros trabajadores, agricultores, ganaderos y empresas un acuerdo comercial de alta calidad que dará como resultado mercados más libres, comercio más justo", dijeron Ottawa y Washington en su comunicado conjunto, emitido 90 minutos antes del vencimiento de la fecha límite fijada por Estados Unidos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, salió raudo de la reunión con sus ministros y sin responder a las preguntas de la prensa se limitó a decir que "es un buen día para Canadá".
El representante del presidente electo mexicano Andrés Manuel López Obrador, Jesús Seade, celebró la noticia.
"Celebramos el acuerdo trilateral. Se cierra la puerta a la fragmentación comercial de la región. TLCAN 2 dará certidumbre y estabilidad al comercio de México con sus socios en Norteamérica", escribió en Twitter Seade, quien representó a López Obrador durante las negociaciones.
Esta nueva versión del TLCAN, un tratado vigente desde 1994 entre Estados Unidos, Canadá y México, es reenegociado desde 2017 a exigencia del presidente estadounidense, Donald Trump, que lo tachó de "desastre" para su país.
Para Canadá la presión era grande, ya que Estados Unidos ya había cerrado un acuerdo con México.
Las negociaciones se desarrollaron de forma remota, a diferencia de otros ciclos de diálogos en los que la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, se había desplazado a Washington.
La expectación creció cuando Trudeau, convocó el domingo a las 22H00 locales (02H00 GMT del lunes) una reunión de emergencia de su gabinete, dos horas antes del plazo establecido por Washington para cerrar la renegociación.
El anuncio se produjo después de un fin de semana entero de trabajo por videoconferencia de los negociadores para alcanzar un acuerdo de última hora para modernizar el tratado comercial.
La tensión y los augurios a cuenta gotas caracterizaron la jornada.
Tendrán noticias
Más temprano, crecieron las esperanzas de que un acuerdo iba a materializarse cuando Peter Navarro, asesor de Comercio del presidente de Estados Unidos, dijo que ambas partes estaban negociando "de buena fe" y que el resultado de las conversaciones se conocería a más tardar el lunes por la mañana.
"Puedo decirles esto: tendrán noticias mañana, de una forma u otra, que serán importantes y tal vez puedan remover a los mercados", dijo el domingo en la cadena televisiva Fox News.
Maestro negociador, en su declaración Navarro recordó que el plazo vencía a la medianoche (local) del domingo, a fin de poder transmitir al Congreso el texto del acuerdo.
A Canadá también le interesaba tener la seguridad de que, si firma el acuerdo, se levantaría la amenaza de aranceles a su industria automotriz, a menudo blandida por el presidente Trump en el marco de su guerra comercial con el exterior.
El calendario electoral complicaba las cosas para los negociadores canadienses. Las concesiones en el sector lácteo pueden ser muy mal recibidas en Quebec, que está llamada el lunes a las urnas para designar al próximo gobierno de esta importante provincia francófona.
Los principales partidos de Quebec y las organizaciones de agricultores defienden firmemente el sistema de "administración de la oferta", que controlaba la producción y el precio de la leche y las aves de corral y además garantizaba ingresos estables para los agricultores canadienses.