Bloomberg
Los funcionarios esperan recaudar 10.400 millones de reales (US$3.300 millones) de los impuestos pagados sobre la gasolina, el diésel y el etanol, según una nota publicada por los ministerios de Hacienda y de Planeamiento el jueves por la tarde. El gobierno también anunció planes para detener el gasto público en 5.900 millones de reales, tras un congelamiento multimillonario del gasto anunciado en marzo con el fin de apuntalar los esfuerzos por alcanzar su meta de 2017 de un déficit primario de 139.000 millones de reales.
Los esfuerzos del presidente Michel Temer para impulsar la confianza del inversionista reponiendo las cuentas públicas han sido socavados por una combinación de crecimiento lento y acusaciones de corrupción. Se han logrado poco progreso para controlar el déficit presupuestario ya que la debilidad de la actividad económica ahoga los ingresos fiscales y las turbulencias políticas marginan las propuestas emblemáticas, incluida una reforma encaminada a reducir el gasto en pensiones.
La medida se produce cuando el gobierno se alista a extender miles de millones de dólares en incentivos fiscales para las empresas. La administración Temer está tratando de asegurar su supervivencia política complaciendo a los sectores de la economía sin alienar los mercados financieros que buscan más disciplina fiscal.
En mayo, Brasil registró el peor déficit presupuestario primario del gobierno central de su historia para el mes en medio de una serie de pagos ordenados por cortes en juicios en los que el gobierno ha perdido y no puede apelar. El déficit primario excluye los intereses pagados sobre la deuda pública.
El empeoramiento de las cuentas públicas de Brasil fue uno de los principales motivos detrás de la pérdida de la calificación de inversión del país en 2015. La mayor economía de América Latina se contrajo 3,6 por ciento y 3,8 por ciento en 2016 y 2015, respectivamente.