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Por qué está en declive la OPEP, la iniciativa de Venezuela que hacía temblar los mercados

Por qué está en declive la OPEP, la iniciativa de Venezuela que hacía temblar los mercados
T13
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La Organización de Países Exportadores de Petróleo hacía temblar al mercado internacional con restricciones que disparaban el precio del crudo. Hoy, su influencia ha caído y, con ella, la economía venezolana.

¿Qué hacía una delegación venezolana reunida con funcionarios de Kuwait, Irán, Irak y Arabia Saudita en el Bagdad de 1960?

Crear la entidad que una década después multiplicaría sus ingresos y se convertiría en un factor clave de la economía mundial: la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

La OPEP nació para defender los intereses de los países productores de crudo en tiempos en los que el precio del barril no superaba nunca los $27 y la industria estaba controlada por un grupo de compañías estadounidenses y europeas conocidas como las "7 hermanas".

Una década después, la organización había crecido hasta contar con 14 miembros y empezó a comportarse como un cartel.

Comenzó a pactar límites a la venta de crudo para que su valor se incrementara.

Lo consiguió, el precio del barril subió por encima de los $50.

Estas naciones que no tenían mucha influencia internacional, juntas podían hacer tambalearse los mercados de todo el planeta. Así lo demostraron en dos episodios que pasaron a la historia como la primera (1973) y la segunda crisis del petróleo (1979).

La semana pasada, en cambio, la OPEP volvió a acordar una restricción de la oferta que no obtuvo el resultado esperado: el precio cayó cerca de un 5%.

Consecuencias para Venezuela

Todos los expertos consultados por BBC Mundo concluyen que la OPEP ha perdido fuelle, pero que aún le queda un poco de influencia "a corto plazo" sobre el precio del petróleo.

La relevancia de la OPEP es crucial para Venezuela, cuya crisis económica está ligada al declive de la organización.

"Si ésta pudiera 'cartelizar' el mercado otra vez, el país volvería a ser como en los tiempos de Carlos Andrés Pérez, cuando las élites venezolanas nadaban en riqueza", afirmó a BBC Mundo el profesor del Departamento de Economía de las escuela de negocios Esade, Francesc Xavier Mena.

Hugo Chávez y Nicolás Maduro protagonizaron giras por los países de la OPEP cuando necesitaron que actuara para incrementar el valor del crudo.

Pero la nación que impulsó la creación de esta organización, ahora "está tan consumida por sus problemas domésticos" que "ya no se oye mucho de ella en la OPEP", según el profesor de Políticas Comparativas de la London School of Economics (LSE), Steffen Hertog.

"Para que un cartel sea exitoso, tiene que controlar gran parte de la producción", explicó el investigador del Departamento de Economía de la universidad española Pompeu Fabra, Isaac Baleys.

Pese a concentrar el 81% de las reservas mundiales de crudo, la OPEP sólo maneja en la actualidad alrededor del 40% de las exportaciones.

"Este sistema de mercado ya no funciona", concluyó Baleys.

¿Demasiado éxito?

El objetivo de la OPEP siempre fue aumentar el precio del petróleo. Y lo logró: el barril de crudo se llegó a vender por más de $150.

Pero los altos precios despertaron a un gigante dormido: la industria de la fracturación hidráulica, más conocida como 'fracking'.

Los pozos de petróleo convencionales se forman a lo largo de millones de años. La materia orgánica que queda atrapada bajo tierra se descompone, transforma y, con el paso de los años, se filtra a través de las grietas naturales de la roca hasta ascender a un nivel más cercano a la superficie.

La fracturación hidráulica consiste en ahorrarse gran parte de esta última etapa, ya que inyecta agua mezclada con sustancias químicas a alta presión en la roca madre. Así, se crean fracturas que liberan el crudo.

Pero esta tecnología era cara y un petróleo barato no la hacía rentable.

En cambio, cuando la OPEP consiguió incrementar el precio, también provocó de forma indirecta que invertir en la fractura hidráulica valiera la pena.

Y los estadounidenses no desaprovecharon la oportunidad.

A esto se suma el hecho de que otros países con yacimientos de petróleo pequeños o remotos los tenían en desuso porque, con el crudo vendiéndose a $30, no iban a obtener beneficios.

Pero cuando el precio subió, estos pozos se volvieron rentables.

"En cuanto la OPEP hace un acuerdo para intentar estabilizar el precio, entran nuevos productores", explicó Mena.

Sin quererlo, la OPEP crea su propia competencia.

Atajar al fracking

"Cuando se supo del desarrollo del fracking, la OPEP se preocupó mucho porque Occidente dependería menos de su crudo", afirmó Baleys.

"Su estrategia fue mantener la oferta a niveles fuertes para que bajaran los precios y poder así sacarse de encima a la competencia estadounidense".

Mena añadió un componente geopolítico: "Países como Arabia Saudita y Kuwait vieron que estaban perdiendo, no solo un cliente, sino también un protector. Estados Unidos los había protegido de Saddam Hussein, de los chiítas de Irak... Así que intentaron mantenerlo interesado en la región".

Así, pasaron ocho años sin que la organización pusiera límites a la producción, dejando que el valor del crudo se desplomara.

Estrategia fallida

Pero la táctica falló.

"Los estadounidenses fueron capaces de reducir el coste del fracking, reordenar la financiación de sus empresas y, hoy, la fracturación hidráulica ya es rentable a $40 el barril", aseguró el profesor de Esade.

El saldo de esta estrategia fallida fue la caída de ingresos en las naciones de la OPEP.

"Muchos tienen problemas fiscales. Los más afectados son Venezuela y, tal vez, Nigeria. Aunque Arabia Saudita también ha incurrido en grandes déficits", aseguró Hertog.

El país árabe, sin embargo, se pudo permitir bajar los precios, según Baleys, "porque antes había tenido muchos años de bonanza y superávit".

"Los miembros de la OPEP son países muy diferentes con incentivos distintos. Irán, por ejemplo, preferiría tal vez vender más para contrarrestar los años que no pudo exportar a Europa por las sanciones. Pero a Venezuela, le convendría más el control de la producción", opinó.

Estas diferencias ponen en peligro al cartel.

"Para que funcione es necesario, no solo restringir, sino cumplir con las limitaciones. Ahora, hay incentivos a no hacerlo", dijo Baleys.

La organización necesita encontrar un equilibrio: un precio muy alto creará más competidores y uno muy bajo, seguirá haciendo daño a sus economías altamente dependientes del petróleo.

"Es muy difícil que la OPEP vuelva a cartelizar la industria porque hoy hay muchísimos productores en el mundo ajenos a la organización y, realmente, EE.UU. es quien domina el mercado", afirmó Mena.

"No veo a la OPEP capaz de mantener un acuerdo", concluyó.

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