Por qué China hace cada vez más negocios con Centroamérica
Fue una fiesta: a inicios de abril el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, recibió personalmente el primer vuelo directo entre la capital de éste país y Pekín, China.
El evento se calificó como "un hito" en la aviación panameña. Pero representa algo más.
El vuelo inaugural es un nuevo paso de la República Popular China en Centroamérica, una región que en los últimos años parece haber adquirido cada vez más importancia para el gigante asiático.
Algunos lo ven como una consecuencia lógica de la expansión mundial china. Pero otros advierten un intento de dar la vuelta a la política proteccionista del presidente Donald Trump.
China se está moviendo cada vez más en una de las principales zonas de influencia de Estados Unidos.
Y según analistas la presencia del capital chino aumentará en los próximos años.
Socio comercial
Actualmente Pekín ya es el segundo o tercer socio comercial de los países de América Central.
Empresas chinas realizan obras de infraestructura en Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, y existen planes de inversión en El Salvador y Guatemala.
Los proyectos suman, hasta ahora, unos US$2.000 millones sin contar el canal de Nicaragua, de futuro incierto. La inversión canalera anunciada es de US$50.000 millones.
Pero independientemente del futuro de la vía marítima, especialistas creen que el capital chino en la región aumentará.
El gigante asiático ya tiene un Tratado de Libre Comercio con Costa Rica y en enero pasado empezaron las negociaciones para un acuerdo similar con Panamá.
Así, China tiene ahora una presencia que no existía hace unos años, cuando el principal vínculo de Centroamérica con Asia era con Taiwán.
Dos países de la región -Costa Rica y Panamá- ya rompieron relaciones con la que Pekín sigue considerando una "provincia renegada" para establecer lazos diplomáticos con el gigante asiático.
Y otros podrían seguir el ejemplo en un futuro cercano, como acaba de hacer la vecina República Dominicana.
Los panameños "Bonos Panda"
Por lo pronto Panamá es uno de los países de América Latina que forma parte de uno de los programas más ambiciosos de Beijing, la llamada Ruta de la Seda.
Se trata de un plan de comercio e infraestructura para conectar Asia, Europa, África y América Latina, de la misma forma como existía en la antigüedad.
Además el gobierno del presidente Varela planea una emisión de bonos por US$500 millones en el mercado de valores de China.
Son los llamados "Bonos Panda", que podrían duplicar su monto a finales de 2018. Panamá es el primer país de la región que participa en la bolsa de Pekín.
Y esas son solo algunas señales del creciente interés de China en Centroamérica.
De hecho, en la medida que se profundice el proteccionismo de EE.UU. -hasta ahora el primer socio comercial de la región- los pasos del gigante asiático pueden acelerarse, advierte Víctor Umaña, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS).
"La posibilidad de que Estados Unidos se ensimisme, vea menos a Centroamérica y nos pueda maltratar con políticas migratorias o comerciales, lo que hace es abrir la puerta a cualquier otro", le dice a BBC Mundo.
"Está China pero también Europa. Es lógico que si alguien deja de tener presencia sea llenada por otro más".
"Enorme potencial"
Las relaciones comerciales y la inversión directa son una parte del nuevo escenario.
Históricamente la región no ha logrado resolver sus carencias en temas como hospitales, carreteras, presas o instalaciones de telecomunicaciones.
Esto le da un "enorme potencial" de desarrollo económico, afirma Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China México de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"Centroamérica tiene enormes limitaciones y déficit en infraestructura y lo que propone China, en este proceso de globalización, son proyectos llave en mano", explica a BBC Mundo.
Algunos ya están en proceso. En Costa Rica la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC), se encarga de ampliar la principal carretera que une la capital San José con el Caribe.
La ampliación es de 107 kilómetros y costará US$450 millones. También en este país está en planes la creación de una Zona Económica Especial (ZEE), donde se fabricarían productos chinos.
Costa Rica, por cierto, ha recibido otros beneficios, como un préstamo no reembolsable por US$300 millones, y la remodelación del Barrio Chino en la capital.
Y la falta de relaciones diplomáticas formales no ha sido obstáculo para que Pekín invierta en otros países de la zona.
Represas y ferrocarriles
En Honduras, por ejemplo, la compañía Synohydro construye una represa en el río Patuca, 180 kilómetros al este de la capital Tegucigalpa.
La extensión de esta obra es de 52 kilómetros cuadrados, y su costo es de US$350 millones.
Y otro ejemplo es Nicaragua, donde la empresa Xinwei instaló estaciones inalámbricas para comunicación telefónica, con un costo de US$1.000 millones.
Es en Panamá, sin embargo, donde están las mayores inversiones y proyectos chinos en la región.
El país canalero estableció relaciones con Pekín en junio del año pasado y ahora la compañía CHEC construye un puerto de cruceros y otro de contenedores en la Zona Libre de Colón.
La inversión programada es de US$1.165 millones, pero no es la única, pues el gigante de telecomunicaciones Huawei instaló en Colón su sexto centro de distribución mundial de sus productos.
Empresas chinas compiten además por los contratos de puentes sobre el Canal de Panamá. También por la construcción de una línea de ferrocarril para comunicar Ciudad de Panamá con la frontera de Costa Rica.
Mensaje a Trump
En el fondo, la importancia de Centroamérica para China no es económica.
El mercado de la región es, en promedio, de unos US$90.000 millones al año. Durante 2017 Beijing mantuvo con América Latina un intercambio comercial de US$266.000 millones.
Así, según especialistas el verdadero interés es la geografía centroamericana, con su fácil acceso a los océanos Pacífico y Atlántico.
Eso aumenta las posibilidades de colocar sus mercancías en la Costa Este de Estados Unidos, y enlaza, además, al gigante asiático con el mercado africano y europeo. La Ruta de la seda.
Además, de concretarse la ZEE en Costa Rica los productos manufacturados con capital chino tendrían acceso preferencial al mercado estadounidense.
Esto gracias al Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América (CAFTA, por sus siglas en inglés).
"China no descarta ningún país", recuerda el investigador Enrique Dussel.
"De las Malvinas a Mexicali (en el noroeste de México) China lo que plantea es -quien quiere hacer negocios conmigo-, y en términos de comercio su presencia es incuestionable".
China no descarta ningún país
Pero además del dinero hay otras razones en el interés chino a la región, añade Víctor Umaña.
Su creciente presencia en Centroamérica "es una manera de demostrar al mundo, y en particular a Estados Unidos, que es un jugador global con presencia en un espacio de influencia exclusivamente americana".
"Es la forma de China para decir: "miren estoy aquí, en su patio, tratémonos de igual a igual, estamos a un mismo nivel".