Te guste o no, el petróleo sigue siendo el producto más importante del mundo.
Su precio puede decirnos no solo lo que realmente está sucediendo en la economía mundial en este momento, sino que tiene una gran influencia en lo que podría suceder en el futuro.
En este momento nos está diciendo que la economía mundial está en grandes problemas: una crisis aún no revelada en cifras de crecimiento económico.
Este lunes, la lectura espeluznante de un precio de MENOS (-)US$37,63 por barril de petróleo estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI), causó un shock mundial.
El precio por debajo de cero fue llamativo, pero ligeramente engañoso.
El petróleo se comercializa en contratos que vencen en un día determinado del mes.
Quien se quede con el contrato cuando expire debe recibir el petróleo físico real.
La mayoría de las personas que comercian con petróleo nunca han visto y nunca verán un barril de petróleo, y mucho menos recibirán uno.
Las compañías aéreas y las empresas industriales utilizan los contratos petroleros para gestionar o asegurarse frente a grandes oscilaciones en sus costos fijos.
Una falta crónica de capacidad de almacenamiento en EE.UU. significó que los cambios erráticos habituales en el día de vencimiento de los contratos se volvieran extremos, ya que los comerciantes estaban dispuestos a pagar cualquier cosa para no quedarse con el barril.
"Destrucción de la demanda"
Sin embargo, los problemas fundamentales detrás de esa anomalía técnica, extraña e histórica de los precios son muy reales.
Como cualquier producto básico, el precio del petróleo depende de la oferta y la demanda.
La demanda de petróleo es un muy buen indicador de la actividad económica mundial y en este momento todo lo que se habla es de "destrucción de la demanda": aviones en tierra, ciudades vacías de automóviles y fábricas cerradas.
La situación tampoco se vio favorecida por el hecho de que había una guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia mientras el covid-19 se extendía por todo el mundo.
Desde entonces, los grandes productores de petróleo han reducido la producción.
Pero tal es el colapso de la demanda que no pueden recortar lo suficientemente rápido y el precio del petróleo Brent (referencia en Europa y el resto del mundo) ha seguido hundiéndose, alcanzando un mínimo de 20 años la mañana del miércoles: US$16.
En 2019, en esta misma época, el precio del petróleo Brent superaba los US$70.
¿Es el petróleo barato algo bueno o malo? La respuesta no es tan directa.
"Como un recorte global de impuestos"
Así como los altos precios del petróleo pueden provocar recesiones, los bajos precios del petróleo pueden ayudar a las recuperaciones.
Una caída masiva en el precio del petróleo es como un recorte global de impuestos en empresas grandes y pequeñas.
Si las aerolíneas pueden sobrevivir, y las personas vuelven a viajar, entonces podrían obtener precios bajos.
Del mismo modo, los transportistas, los floristas y los supermercados se beneficiarán de los menores costos de transporte y de la mayor cantidad de dinero en los bolsillos de sus clientes, gracias a los precios más bajos en la estación de gasolina.
Los precios de la gasolina ya se dirigen a US$1,23 por litro y se espera que bajen aún más por primera vez en casi una década.
Sin embargo, hay alguna evidencia de que los minoristas de gasolina están tratando de aumentar los márgenes de ganancias para compensar las grandes caídas en el volumen de ventas.
Malas noticias para los ahorristas
Es posible que el petróleo barato pueda ayudar a las economías a recuperarse más rápidamente y a evitar que una recesión se convierta en depresión.
Sin embargo, los precios bajos son malas noticias para los ahorristas.
Las compañías petroleras son algunas de las mejores máquinas de arrojar efectivo en el planeta y gran parte de ese efectivo va directamente a nuestros planes de pensiones.
Por ejemplo, las compañías BP y Shell aportan, entre ambas, casi una quinta parte de todos los ingresos por dividendos generados por las empresas de Reino Unido.
Las malas noticias para ellos pueden amenazar la seguridad de los ingresos de jubilación. Además, estas compañías también pagan muchos impuestos en las arcas públicas.
Equilibrio delicado
Y luego están las preocupaciones ambientales. Cuando el petróleo es barato, hay menos incentivos económicos para buscar alternativas.
Por estas razones el precio global del petróleo es un equilibrio de intereses delicado y las compañías petroleras y los gobiernos prefieren un precio estable de entre US$40 y US$60 por barril.
No es demasiado barato para amenazar los dividendos, los ingresos fiscales y desalentar alternativas más ecológicas, ni tampoco demasiado costoso como para suponer una carga en la economía.
En este momento, ese equilibrio se ha roto, y significa que las malas noticias económicas vienen hacia nosotros.