Los dueños de las lujosas casas de la calle Presidio Terrace, en San Francisco, California, perdieron la propiedad de la vía en la que estas se encuentran.
Presidio Terrace ahora es propiedad de dos inversionistas, Tina Lam y Michael Cheng. Ambos pagaron cerca de US$90.000 por la calle.
¿Cómo pudo suceder esto?
El estacionamiento, las veredas y todo lo demás fue vendido por la alcaldía de la ciudad a causa de un impuesto de US$14 anuales que no había sido pagado durante décadas.
Los millonarios residentes dicen que no sabían nada sobre la venta hasta después que se consumó.
El resultado es que los habitantes ya no son propietarios de la pista, del pavimento, los árboles, o cualquier parte del terreno común de Presidio Terrace y podrían tener que pagar a sus nuevos propietarios por usar el estacionamiento.
Presidio, una vía privada de trazo ovalado, es vista como una de las direcciones caras más prestigiosas de la ciudad.
¿Cómo funciona la compra de una calle en Estados Unidos?
- Como otros municipios de Estados Unidos, San Francisco subasta frecuentemente propiedades por las que los dueños no han pagado impuestos.
- De acuerdo con el sitio web de la ciudad, San Francisco advierte a los compradores que todas las ventas son definitivas, por lo que deben inspeccionar a fondo la propiedad, en caso de que tenga algún daño, y consultar las normas locales de zonificación.
- Debido a que el mantenimiento es deber de los propietarios, las calles privadas pueden significar un ahorro de dinero para las ciudades.
- Sin embargo, algunas ciudades desalientan la práctica, por la preocupación de que los dueños privados podrían en algún momento requerir dinero de los contribuyentes para mantener las carreteras.
- Los propietarios son legalmente responsables por cualquier accidente o lesión que se produzca a causa de la falta de mantenimiento, como no limpiar la nieve o reparar los baches.
La casa número 24, recientemente puesta a la venta, está cotizada en US$6,5 millones.
La número 26, una "residencia excepcional", se valora en US$14,5 millones.
"Entre las muchas comunidades prestigiosas de San Francisco, hay pocas que ofrecen el privilegio de la privacidad en medio de la magnificencia de la naturaleza", dice el anuncio de una propiedad en venta.
El aviso destaca que "las paredes de piedra y un guardia de seguridad las veinticuatro horas del día proporcionan tranquilidad".
Pero a pesar de la solvencia del vecindario, sus habitantes no pagaron sus impuestos, por lo que la alcaldía vendió la calle en una subasta por incumplimiento de una deuda tributaria acumulada de US$944.
La subasta se llevó a cabo en 2015, informó el periódico local San Francisco Chronicle, junto con otras propiedades, pero los residentes no lo sabían.
"Simplemente tuvimos suerte", dijo Cheng, uno de los compradores, al diario.
Él y Lam superaron a decenas de otros interesados en comprar la calle y están decidiendo qué hacer con su inversión.
"Podríamos cobrar un alquiler razonable", dijo sobre los 120 lucrativos espacios de estacionamiento que ahora poseen.
Pero algunos residentes creen que sus nuevos terratenientes pueden estar buscando venderles la calle de nuevo a ellos, y obtener un beneficio.
Giro racial
En un giro más, la calle ahora es propiedad de dos inversionistas de origen asiático, a pesar de que, originalmente, se administraba por un"acuerdo racial" que impedía que cualquier persona que no fuera blanca caucásica comprara una propiedad ahí.
Esta disposición se declaró ilegal hace décadas. Cheng, uno de los nuevos propietarios, es originario de Taiwán y Lam, de Hong Kong.
Cheng le dijo al periódico The Mercury News que estaba considerando construir una casa para él y para Lam en la calle, si las reglas del uso de la tierra lo permiten.
Los propietarios de las casas de Presidio están pidiendo a la alcaldía revertir la venta, ya que consideran al acuerdo como una estratagema para hacer dinero.
Uno de los residentes no había oído hablar de la subasta hasta mayo de este año, casi dos años después de que se realizara.
Scott Emblidge, un abogado de la asociación de Presidio, dijo en una carta dirigida a las autoridades de la ciudad que la calle es "propiedad de la asociación y controlada por esta".
"Los asociados estaban sorprendidos, la administración no estaba al tanto de ninguna venta o de los impuestos adeudados", dijo.
"Es difícil entender por qué alguien compraría esta propiedad, pero tal vez se explique por el intento posterior de Lam de conseguir que la asociación compre de nuevo su calle", dijo.
Facturas no recibidas
El mensaje también explica cómo se produjo el extraño giro de acontecimientos, citando información obtenida de la oficina del recaudador de impuestos.
La pequeña factura de impuestos para el área común fue enviada "por muchos años" a la calle Kearny, a una dirección aparentemente desconocida para cualquiera de los habitantes de Presidio Terrace o administradores de propiedades, escribió Emblidge.
Puesto que las cuentas nunca fueron recibidas, nadie las pagó. Además, ninguna notificación de una venta inminente fue publicada en la calle o entregada a algún residente, dijo.
Pero hablando con el San Francisco Chronicle, una vocera de la oficina de impuestos dijo que todo el proceso había sido público.
"El 99% de los dueños de propiedades en San Francisco saben lo que tienen que hacer, y pagan sus impuestos a tiempo y mantienen su dirección de correo actualizada", dijo al periódico.
Lam, por su parte, negó cualquier intención de explotar a los residentes, y dijo que la no tienen prisa por vender.
"Realmente quería poseer algo en San Francisco por mi afinidad con la ciudad", explicó.