La cara y la cruz del experimento en el que Finlandia le otorgó una renta básica a los desempleados
No incentiva la búsqueda de empleo, pero sí incrementa la felicidad y el bienestar mental.
Son las conclusiones definitivas de un experimento de renta básica llevado a cabo por Finlandia durante dos años.
El estudio, publicado el miércoles, confirma los resultados preliminares dados a conocer a principios de 2019, poco después de que finalizara la prueba: que este ingreso básico otorgado a desempleados no logró un impacto significativo a la hora de incentivar la búsqueda de empleo, pero sí ayudó a los beneficiarios en su bienestar mental.
La publicación del estudio se da en el contexto de la crisis de coronavirus, un momento en el que el concepto de renta básica está cobrando una especial relevancia.
No se trata de un concepto nuevo; de hecho, economistas y expertos llevan discutiendo sobre el tema los últimos años.
Pero en esta situación particular, muchos lo consideran como una posible solución para paliar las consecuencias económicas de la pandemia, que ha puesto en riesgo decenas de millones de empleos en todo el mundo.
Algunos gobiernos, como el de España, esperan aprobar este mes una renta mínima que garantice ingresos a la parte de la población más vulnerable.
El experimento finlandés
La renta básica universal es un ingreso mensual que reciben todas las personas, independientemente de sus recursos.
El experimento finlandés, que costó US$21,6 millones, no siguió el modelo de renta básica universal, dado que puso el foco en personas que no tenían trabajo.
Aunque había otros experimentos a nivel local, cuando lanzó el programa en 2017 Finlandia se convirtió en el primer país europeo en poner a prueba la idea de un ingreso mínimo incondicional.
El proyecto consistió en que 2.000 personas desempleadas seleccionadas aleatoriamente recibieran durante dos años (2017 y 2018) un ingreso básico de US$605 al mes, sin ningún tipo de condiciones y que no se reducía aunque encontraran trabajo.
Los investigadores estudiaron si ese ingreso podría incentivar a los beneficiarios a encontrar trabajo más que el tradicional subsidio de desempleo, que puede cortarse tan pronto como el receptor comience a ganar dinero.
Sin embargo, los investigadores dijeron que el ingreso básico llevó a los participantes a trabajar por un promedio de solo seis días adicionales durante un período de un año del ensayo, en comparación con aquellos que recibían el subsidio por desempleo tradicional.
"En general, los efectos sobre el empleo fueron pequeños. Esto indica que para algunas personas que reciben subsidios de desempleo los problemas para encontrar trabajo no están relacionados con la burocracia o los incentivos financieros", afirmó en un comunicado el investigador Kari Hämäläinen, uno de los autores del estudio.
No obstante, el ensayo sí establece que la renta básica tiene un impacto en el bienestar.
"Los receptores del ingreso básico estaban más satisfechos con sus vidas y experimentaron menos tensión mental que el grupo de control. También tenían una percepción más positiva de su bienestar económico", se lee en el estudio.
La renta básica también aumentó la confianza de los beneficiarios en los demás y en las instituciones de la sociedad.
El debate sobre la renta básica en tiempos de coronavirus
Los partidarios del ingreso básico plantean que una red de protección incondicional puede ayudar a sacar a la gente de la pobreza, al darles el tiempo para postular a trabajos o para aprender nuevas habilidades.
Los que se oponen dicen que es una iniciativa demasiado costosa que terminará incentivando una cultura de conseguir las cosas sin ningún esfuerzo.
Pero en estos tiempos de coronavirus, muchas voces se han manifestado a favor de la renta básica.
"En este caso no estamos hablando de una renta universal, sino de una renta básica para garantizar la seguridad económica de las personas más vulnerables", le dijo a BBC Mundo Juan Torres, catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla, en España.
Y es que expertos y organismos internacionales auguran este año un desplome económico y una pérdida de empleo sin precedentes.
Según la Organización Internacional del Trabajo, casi la mitad de toda la fuerza laboral mundial está en peligro inmediato de que la pandemia de coronavirus destruya sus medios de vida.
La OIT dijo que el riesgo recae en los trabajadores de la economía informal; tres cuartas partes de ellos, unos 1.600 millones de personas, están en riesgo en el segundo trimestre de 2020.
La agencia de la ONU dijo que la disminución de las horas de trabajo, debido a la crisis de covid-19, significa que estos trabajadores están en "peligro inmediato de que sus medios de vida sean destruidos".
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, abogó por una "renta mínima de emergencia", y de carácter temporal, para que nadie se quede sin ingresos durante esta crisis.
En España, el gobierno avanzó esta semana que prepara un ingreso mínimo vital para complementar las rentas más vulnerables con el objetivo de erradicar la pobreza más severa, aunque sin especificar si será permanente.
En cuanto a la posibilidad de una renta básica de carácter universal, Torres le dijo a BBC Mundo que tiene "sus dudas de que realmente funcione para solucionar el problema de la pobreza, porque esta tiene carácter multidimensional".
"Pobreza no es solo una cuestión de ingreso, sino también de acceso a la educación, por ejemplo".
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