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Katharine Hibbert, la guardiana de las casas vacías que creó un negocio sin invertir ni un dólar

Katharine Hibbert, la guardiana de las casas vacías que creó un negocio sin invertir ni un dólar
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Como periodista especializada en la ocupación ilegal de edificios, Katharine Hibbert detectó cuál era el problema y una posible solución. Puso en marcha la compañía Dot Dot Dot como una ingeniosa alternativa y sin invertir capital.

La serie The Boss de la BBC presenta a líderes empresariales de todo el mundo. Esta semana hablamos con Katharine Hibbert, fundadora de la compañía Dot Dot Dot de custodia de propiedades en Reino Unido.

Los periodistas pueden sentir pasión por la industria sobre la que informan, pero no es de esperar que muchos inicien un negocio en ese sector.

Pero tan implicada estaba la exreportera del diario británico Sunday Times Katharine Hibbert en el mundo de los edificios desocupados y los moradores ilegales, que pasó de escribir reportajes y un libro sobre el tema a la creación de una firma de custodia de propiedades para ayudar a resolver algunos de los problemas que encontró en sus investigaciones.

Su compañía permite a las personas mudarse legalmente a propiedades que de otro modo se quedarían vacías, a menudo a bajo costo.

"Lo primero de lo que me di cuenta es que nadie quiere ver edificios vacíos", dice la mujer de 38 años. "Se habla mucho sobre los propietarios desalmados, pero no es así", explica.

"Los edificios vacíos son un problema enorme para las personas que los poseen, así como para quienes los rodean. Nadie quiere que una propiedad esté vacía ya que podría ser destrozada, la gente podría entrar y consumir drogas, las tuberías podrían congelarse, o las palomas podrían instalarse", continúa.

"Las personas no mantienen los edificios vacíos deliberadamente, no saben qué hacer con ellos mientras esperan un plan a largo plazo", añade.

Origen de la iniciativa

El concepto de custodia de la propiedad comenzó en Países Bajos a mediados de la década de 1990, cuando una compañía de seguridad lo introdujo como una forma de evitar las invasiones ilegales.

Pero Katharine Hibbert no solo vio Dot Dot Dot como una forma de proteger las propiedades.

"Todo el mundo lo veía como una solución de seguridad, pero si le das a alguien un lugar para vivir a un menor costo que el promedio del mercado, puedes transformar por completo lo que pasa con su vida", dice.

Hibbert creó un plan de negocios mientras trabajaba como productora en la serie The Great British Property Scandal, y lanzó Dot Dot Dot en 2010.

"No se necesitaba ninguna inversión inicial", cuenta. "Me mantuve [financieramente] con el rol de productora y haciendo que mi dinero durara más viviendo modestamente", recuerda.

El mayor obstáculo que enfrentó fue asegurar los primeros contratos de los propietarios: "Persuadir a las personas a que confíen en ti con sus valiosos activos cuando no tienes una larga trayectoria fue el mayor desafío", admite.

¿Cómo se los ganó? "Creo que estaban entusiasmados con el modelo y la diferencia positiva [que podría lograrse]", señala.

Voluntariado social

Esta diferencia positiva es lo que distingue a Dot Dot Dot: la compañía les pide a todos sus guardianes de la propiedad que se comprometan a hacer 16 horas de voluntariado al mes, algo cercano a los valores que defiende Hibbert.

"Personalmente, creo que una ambición bastante buena es superarse en la vida de la manera más decente posible. Y tratar de ser amable con las personas y dar tiempo a las causas de ayuda a otros y al voluntariado", indica Hibbert, quien también es administradora de Headway, una organización de ayuda a personas con lesiones cerebrales con sede en Londres.

Una propiedad mostrada en el Instagram de Dot Dot Dot
Una propiedad mostrada en el Instagram de Dot Dot Dot

Su libro (Free: Adventures On The Margins Of A Wasteful Society) también le dio a Hibbert un valioso nivel de exposición: "Tenía buenas conexiones y un alto perfil al hablar en conferencias con lo que podía conversar con suficientes personas sobre mi visión de cómo podría trabajar un guardián de la propiedad".

La primera propiedad que Dot Dot Dot ofreció fue una casa de cuatro dormitorios en el noroeste de Londres, que iba a estar vacía durante seis semanas.

"Era muy vulnerable al crimen y a la ocupación ilegal", señala.

"Acepté hacerlo, y afortunadamente era el comienzo del verano. A un par de personas de la universidad no les importó quedarse en un lugar durante seis semanas y lo hicimos funcionar", detalla.

Selección cuidadosa

Para ella es importante pensar siempre cuidadosamente sobre quién podría ser aceptado para asumir el papel de guardián de la propiedad.

"No puedes alojar a los más vulnerables, ya que tienen problemas agudos y hay un deber de cuidar el edificio, eso no es sencillo si estás atravesando un momento difícil. Pero al mismo tiempo no se le puede dar a la persona que puede pagar más", explica.

Dos voluntarios
Dos voluntarios

Hoy Dot Dot Dot, que emplea a unas 30 personas y tiene su sede en el este de Londres, dice que ha cuidado cientos de edificios para asociaciones de viviendas, organizaciones benéficas, autoridades locales y desarrolladores de propiedades privadas en áreas como Londres, High Wycombe y Cambridge.

Las propiedades suelen estar sin amueblar y, por lo tanto, no son aptas para AirBnB. Los guardianes firman un contrato con Dot Dot Dot.

La forma en que Dot Dot Dot gana dinero varía de un edificio a otro, pero generalmente le cobra tanto al guardián de la propiedad como al propietario del edificio. Si se requiere que el guardián desocupe la vivienda, generalmente se le avisa con 28 días de anticipación.

Solución ideal

El controlador de tránsito aéreo Tim Callaway, de 59 años, ha estado viviendo en un apartamento de una habitación en High Wycombe (noroeste de Londres) que encontró a través de Dot Dot Dot hace cinco años.

Paga unos US$360 por mes a Dot Dot Dot y su trabajo voluntario incluye ayudar en Veterans Aid, una organización benéfica de Reino Unido que ofrece apoyo a exmilitares y mujeres.

"Fue la solución ideal. Estaba cerca de mi trabajo y era asequible", dice Callaway.

Si bien Tim admite que hubo problemas con la basura y los autos ruidosos en la calle cuando se mudó, la situación ha mejorado en los últimos años.

La propia Hibbert fue guardiana de la propiedad durante seis años en Tower Hamlets, en Londres.

"Creo que una de las cosas buenas de ser un guardián de la propiedad es que cuando eres inquilino tienes que preocuparte por el Blu Tack (pegamento) en las paredes, daños a la alfombra cuando una bicicleta está en el pasillo, etcétera", dice.

"Por otra parte, si eres un guardián de la propiedad y quieres pintar las paredes y decorar, dentro de lo razonable, a nadie le importa. Puedes hacer que el lugar se sienta como tuyo, lo que es diferente a ser un inquilino", sostiene.

Desafíos del negocio

Manjot Dhillon, abogado de resolución de disputas de la propiedad en la firma de abogados BP Collins, dice que las compañías como Dot Dot Dot enfrentan algunos desafíos.

Por ejemplo, algunos guardianes podrían argumentar legalmente que tienen derecho a un aviso de desocupación mayor a 28 días, y existe la posibilidad de que los guardianes causen daños "sustanciales" a las propiedades.

Al respecto, Hibbert dice que investiga a sus guardianes "muy diligentemente".

En cuanto al futuro, Hibbert señala que su prioridad número uno es asegurarse de que Dot Dot Dot marque la mayor diferencia posible.

"Ya estamos albergando a cientos de personas y apoyándolas para que ofrezcan decenas de miles de horas de esfuerzo voluntario a buenas causas", señala.

"Pero hay potencial para hacer mucho más. Me gustaría ver a Dot Dot Dot albergando el doble de personas y apoyando el doble de voluntariado en los próximos cinco años".

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