¿Igualdad de género?: lo que revela el polémico análisis de los salarios en Google
Más de 10.600 trabajadores de Google recibieron una grata sorpresa el año pasado. Una paga extra inesperada que respondía a la lucha del gigante tecnológico por reducir la brecha entre hombres y mujeres.
Después de conocer los resultados de su análisis de igualdad salarial, que realiza todos los años desde 2012, la compañía repartió hasta US$9,3 millones en 2018 entre sus empleados al descubrir diferencias significativas de remuneración.
"La compensación debe basarse en lo que haces, no en quién eres", escribió esta semana Lauren Barbato, analista jefa de Google para la igualdad salarial en el blog de la compañía, formada en un 69% por hombres.
Esta frase resume el objetivo del buscador en materia de igualdad de género, raza y salarios.
En el blog, Barbato reveló que una sorpresas que trajo el último análisis es que ingenieros de la categoría 4 percibieron una paga inferior que la de sus compañeras por un trabajo similar.
Google indicó que compartía estos datos porque iba en contra de lo que se cree comúnmente en estos casos. Y esto le ha permitido a la empresa defenderse de las acusaciones que tachan su cultura empresarial de discriminatoria.
En enero de 2017, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos emprendió una investigación contra el buscador y encontró "evidencias convincentes de una discriminación muy significativa contra las mujeres en los puestos más comunes" en sus oficinas centrales.
Google negó las acusaciones, pero en los últimos meses, gran parte de sus 94.000 empleados en todo el mundo llevaron a cabo una serie de paros sin precedentes en protesta por el trato que la compañía da a las mujeres.
Contratación y promoción interna
Pero los críticos advierten que el renovado esfuerzo de Google por pagar igual a sus empleados en el mismo puesto de trabajo tiene un talón de Aquiles: los problemas empiezan antes, a la hora de contratar y promocionar a las mujeres a puestos de responsabilidad.
Según varios casos publicados por New York Times, es la asignación de las mujeres a una categoría más baja que la que les corresponde por su experiencia donde empieza realmente la diferencia de salario.
Kelly Ellis, ex ingeniera de software de Google demandó al buscador por contratarla en el nivel 3, la categoría para graduados universitarios recientes, a pesar de tener cuatro años de experiencia profesional.
Según el testimonio recogido por el diario estadounidense, unas semanas después de que Ellis se uniera a la compañía, Google contrató a un ingeniero con la misma experiencia en el Nivel 4, lo que se tradujo en un salario más alto para él.
Así que, pese a sus esfuerzos, la política contra la discriminación de Google está lejos de ser perfecta.
La propia Barbato reconoce que el gigante tecnológico ha entrado en una nueva fase para igualar el trato entre hombre y mujeres.
"Estamos llevando a cabo una revisión integral de estos procesos. Nuestro primer paso es evaluar cómo se nivela a los empleados cuando son contratados, y si podemos mejorar nuestra nivelación", dijo Barbato.