Hay una burbuja en el sector de comidas y bebidas en Estados Unidos, según el hombre que hizo una fortuna con el popcorn en el Reino Unido.
Robert Jakobi, quien convirtió Metcalfe's Skinny popcorn en la marca de comida de más rápido crecimiento en el Reino Unido, asegura que hay una gran cantidad de capital privado disponible en Estados Unidos para lanzar nuevas empresas y que la valoración financiera de las firmas del sector es mayor que en otros países.
No es que Jakobi se esté quejando. Al revés, como hay un voraz apetito por nuevas marcas de comida en Estados Unidos, el empresario decidió lanzar en ese mercado un nuevo negocio de sopas y cubitos de caldo llamado BOU.
Su mensaje para los emprendedores del área es que para hacer una fortuna con la comida, hay que "irse al oeste" (go west, en inglés).
Eso porque Estados Unidos es el "mejor lugar del mundo" para iniciar, hacer crecer y vender un negocio de alimentos, dice.
Jakobi sabe de lo que está hablando. Su empresa fue adquirida por el dueño de Kettle Chips y ahora es parte del gigante estadounidense Campbells.
Y aunque no le gusta decir por cuánto dinero vendió su empresa, cuenta que si la hubiera vendido en Estados Unidos, habría conseguido un precio mucho mejor.
Parece una burbuja
"Hay tanto dinero privado en EE.UU. que una persona con una carrera exitosa puede conseguir financiamiento fácilmente", cuenta Jakobi.
Y agrega que "el negocio de alimentos y bebidas se está volviendo como el sector tecnológico. Algunas de las empresas establecidas están tratando de agregar marcas novedosas y disruptivas a sus líneas de productos".
"Se ve un poco como una burbuja y tiene que bajar las revoluciones", agrega.
No solo se trata de que en Estados Unidos haya mucho dinero y valoraciones financieras que llegan hasta el cielo.
Según Jakobi, la clave está en que es posible expandir un negocio rápidamente en ese país.
"Mientras en el Reino Unido el crecimiento puede demorar seis o siete años, en Estados Unidos demora dos", explica.
Eso ocurre a pesar de que el Reino Unido es, por ahora, miembro del mayor bloque comercial del mundo, con 500 millones de potenciales clientes en la Unión Europea, cerca del doble del tamaño de mercado de Estados Unidos.
¿Cómo es posible?
"La Unión Europea parece un mercado más grande, pero se mueve a una velocidad muy diferente y tiene distintas culturas culinarias", dice Jakobi.
"Intentamos vender Metcalfe Skinny en Europa y no funcionó. Muchos países, España en particular, van muchos años por detrás del Reino Unido en innovación culinaria y no logran ver el popcorn más allá de un snack que se come en el cine".
¿Cómo se abren las puertas?
Pero para cualquier emprendedor en el área de alimentos que se prepara para subirse a un avión con rumbo a EE.UU. y recibir una ducha de dinero a su llegada, Jakobi tiene palabras de cautela.
No se trata de llegar a recolectar el dinero porque se te ocurrió una buena idea, apunta.
Una trayectoria de éxito es lo que realmente abre las puertas.
"Se requieren millones para lanzar una marca en EE.UU. y si no hubiese tenido el éxito que tuve con Metcalfe, me habría costado más conseguir el dinero que necesitaba para crear BOU".
Vale la pena decir que gigantes del sector alimenticio estadounidense como Kellogg's, Mondelez, y General Mills, incorporaron nuevos directores ejecutivos el año pasado, buscando nuevos liderazgos para adaptarse a las preferencias emergentes de los consumidores que buscan comida más saludable y marcas más cautivadoras.
Sin embargo, las observaciones de Jakobi representan una advertencia.
Una bolsa de popcorn parece llena, pero es principalmente aire fresco. Según este rey del popcorn, algunos inversionistas estadounidenses e históricos gigantes del sector están pagando un sobreprecio por lo que compran.