La reactivación de la economía es uno de los temas centrales de la mayoría de los países afectados por la parálisis de la actividad comercial debido a la pandemia de coronavirus en el mundo.
Tras meses de confinamiento, muchas industrias, comercios, negocios y otros gremios se han visto tan golpeados que temen estar a punto de desaparecer.
El dilema es cómo reiniciar la actividad, reabrir las puertas y prestar servicio a un público sin ponerlo en riesgo de infección en la era del distanciamiento social.
La necesidad es, claro, la madre de la invención: muchos sectores han adoptado ingeniosas maneras para sobrellevar la crisis mientras se ajustan a la nueva realidad.
Aquí hay algunos que han aplicado las ideas más llamativas.
Restaurantes y bares
El sector de la restauración ha sido uno de los más impactados por la pandemia.
El negocio mismo implica una cercanía estrecha del personal que presta los servicios durante la preparación de las comidas.
Igualmente hay un natural contacto cercano entre meseros y clientela al tomar los pedidos y servir los platos, que limitan a este negocio bajo las actuales circunstancias.
Para cumplir con las nuevas normas, un restaurante en Ámsterdam, Países Bajos, ha creado una especie de "miniinvernaderos" que pueden acomodar a los comensales, reduciendo el riesgo de exposición al virus.
Mediamatic Eten, el establecimiento a la orilla de un canal, empezó una serie de ensayos con los invernaderos que aíslan las mesas individuales de entre uno y tres puestos.
Los meseros, equipados con caretas transparentes y guantes, sirven los platos en tablas largas para mantener la distancia.
Aunque "enjaulados", la transparencia de los invernaderos permite ver a toda la clientela y crear un ambiente cálido y comunal.
Los bares, por otra parte, tienen mayor dificultad en controlar las distancias entre sus clientes, muchos de los cuales beben de pie y tienden a merodear el recinto en busca de compañía.
Pero eso no ha sido obstáculo para Fish Tales, en la costa del estado de Maryland, Estados Unidos, que se las ha ingeniado para dar a cada cliente su propia "isla".
Se trata, básicamente de una mesa redonda de unos dos metros de diámetro, un gran neumático en cuyo centro se coloca el cliente. La mesa está sobre ruedas, lo que permite los desplazamientos.
Después de un par de tragos uno se podría imaginar una competencia entre carros chocones.
Espectáculos y entretenimiento
Una sala encerrada con cientos de personas sentadas hombro a hombro, algunas carcajeando o suspirando, otras tosiendo y estornudando son el peor escenario para contener la propagación de un virus.
Pero esa es la situación de los cines y teatros. Ni hablar de la aglomeración en los baños, el bar o la dulcería durante el intermedio.
Estos espectáculos dependen de las masas, pero nadie dijo que se tenían que disfrutar sentado en una butaca. Así es como, en la era de la pandemia, ha revivido una tradición de los años 50 y 60: el autocine.
Fueron particularmente muy populares en EE.UU., pero ahora los cinéfilos en muchas partes del mundo pueden ver películas en pantalla gigante desde la seguridad de su propia burbuja de cuatro ruedas.
Como estos sitios requieren de un área muy amplia para acomodar numerosos vehículos, en Uruguay han decidido convertir dos aeropuertos -inutilizados por la cancelación de vuelos- en autocines.
Uno se instalará en el aeropuerto internacional de Carrasco, en Montevideo, donde se proyectarán las cintas sobre una pantalla de 20 metros de largo y 16 de alto, con el estacionamiento de la terminal como espacio para el público en sus autos.
Según el diario El Observador, también se planean organizar otros espectáculos como conciertos y shows cómicos.
En Chequia ya se organizó un concierto en el que los espectadores estaban en sus autos.
Ceremonias y rituales
Y el autocine no solo sirve para ver películas. En Dusseldorf, Alemania, tres parejas contrajeron matrimonio en un autocine, mientras sus invitados los acompañaban desde sus automóviles.
Alemania se encuentra en un proceso paulatino de reapertura, aunque las normas de distanciamiento social se observan estrictamente.
Las bodas fueron oficiadas sobre una tarima con flores por el alcalde de Dusseldorf, que estaba separado de cada pareja por una ventana plástica, mientras los invitados sonaban las bocinas en aprobación.
Entretanto, en la ciudad de Detroit, EE.UU., el sacerdote católico Timothy Pelc no cuenta con todo ese espacio en su iglesia de St. Ambrose para brindarle apoyo espiritual a su parroquia sin arriesgar su salud.
La solución ha sido que los feligreses conduzcan su choche lentamente frente a la iglesia mientras el padre Pelc los rocía con agua bendita, a una distancia prudente, con una pistola de agua.
La moda
Hablando de bodas, la industria de confección de vestidos de novia también se está ajustando a las actuales necesidades.
En Catania, Italia, la diseñadora Mariella Gennarino incorpora una máscara protectora con el mismo encaje del velo de la novia que, al mismo tiempo, hace juego y reconoce la realidad de la situación, mientras Italia declara la reapertura de sus ciudades y negocios.
La moda masculina también está siendo transformada por la protección contra el coronavirus.
La tradicional marca de lujo van Laak, en Moenchengladbach, Alemania, es conocida desde 1881 por sus camisas de fina calidad y ahora se ha dedicado producir mascarillas protectoras de las mismas telas. Estas, como la corbata y el pañuelo, hacen juego con la camisa.
En Alemania se ha vuelto obligatorio el uso de la mascarilla cuando se sale en público, con lo que ya se están volviendo el nuevo accesorio en el vestir.
Esparcimiento al aire libre
Nada como ir a la playa, especialmente cuando en el hemisferio norte se acerca el verano y la gente ya está cansada de su encierro.
En España, que también ha empezado a relajar las restricciones de movimiento, han decidido parcelar algunas de las playas.
Un tractor en Torre del Mar, traza líneas en la arena para demarcar áreas de unos dos y medio metros para que lo bañistas puedan observar el distanciamiento mientras disfrutan del mar, al tiempo que minimizan la propagación de covid-19.
A medida que más y más personas empiezan a salir rutinariamente en las calles de ciudades como Burdeos en Francia, se hacen las aceras más amplias para respetar la distancia.
Inclusive se han creado dos vías para ir y venir y evitar los posibles choques de peatones, aunque no todos respetan la señalización, como la mujer de la foto arriba.
En París, por su parte, los ciclistas gozarán de vías más amplias ahora que se está desalentando el transporte en metro y autobús.