El panorama para las grandes economías de América Latina continúa ensombreciéndose.
La recesión en Argentina y las dudas sobre el futuro de Brasil hicieron que el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajara sus proyecciones de crecimiento económico para la región.
El optimismo dio paso a la cautela, luego que el organismo recortó la expectativa de expansión regional para este año a 1,2%, cuatro décimas por debajo de lo que calculaba en julio.
Y a nivel mundial, la economía crecerá solo 3,7%, también por debajo de lo que esperaba, con la guerra comercial entre Estados Unidos y China como telón de fondo.
"Si añadimos las importantes tensiones políticas de algunas regiones, estimamos que, incluso para el futuro más inmediato, la probabilidad de sorpresas desagradables sobrepasa la de que vayamos a recibir buenas noticias imprevistas", dijo Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI.
Para las mayores economías latinoamericanas, el organismo redujo su estimación: México (2,2%), Brasil (1,4%) y Argentina (-2,6%).
Una nota aparte merece Venezuela, cuya economía caerá -18% y su hiperinflación proyectada para 2019 alcanza la histórica cifra de 10.000.000%.
Y en el lado contrario, aumentó su proyección de crecimiento para Bolivia (4,3%), Perú (4,1%), Chile (4%) y Colombia (2,8%).
Los 4 perdedores
Una de las caídas más abruptas en los pronósticos afectó a Argentina. Hace apenas medio año el FMI esperaba una expansión económica de 2%.
Hasta que llegó la tormenta y en cuestión de meses se disparó la inflación, las tasa de interés fue elevada hasta el 60% y el gobierno de Mauricio Macri terminó con un rescate del FMI de US$57.000 millones, el mayor préstamo otorgado en la historia de la institución.
Así las cosas, Buenos Aires cayó a la lista roja con una expectativa de crecimiento negativo de -2,6%, en medio de una crisis que ha desatado protestas y ha elevado la incertidumbre sobre el futuro y la capacidad de pago de la nación sudamericana.
Si hablamos de los gigantes, la economía regional tiene dos grandes motores: Brasil y México. Y en esta ocasión, ambos países vieron sus proyecciones rebajadas.
Brasil está en medio de un clima de gran incertidumbre mientras no se defina cuál será su nuevo gobierno.
La institución financiera dirigida por Christine Lagarde espera que ese país crezca este año 1,4%, cuatro décimas por debajo de lo que había previsto hace unos meses.
Además del factor político, la revisión a la baja se vio influida por el impacto que tuvo la huelga de camioneros en mayo, que afectó a prácticamente todos los sectores de la economía brasileña, especialmente la industria y los servicios.
México está en una posición más favorable, dado que su pronóstico fue rebajado en menor medida que Argentina y Brasil.
Su economía crecerá 2,2% en 2018, una disminución que, según el FMI, "refleja el impacto en la inversión y la demanda interna de la prologada incertidumbre comercial", en referencia a la renegociación del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que apenas se selló el último día de septiembre, tras una intensa negociación a contrarreloj.
La nota negra del análisis sigue siendo Venezuela -con un crecimiento negativo proyectado de -18% y una inflación de 1.370.000% para este año-, en medio de una profunda crisis económica que ha provocado un éxodo de venezolanos hacia otras naciones latinoamericanas.
Los 4 ganadores
Las cuatro "economías ganadoras" del informe son aquellas cuya proyección de crecimiento subió en los últimos meses.
No se trata, por lo tanto, de las que más van a crecer en al región, ya que esa lista está liderada por República Dominicana.
Bolivia ha tenido un crecimiento económico sostenido en los últimos años, que le ha permitido bajar la pobreza hasta cerca de un 40% y acumular abundantes reservas internacionales.
Y aunque en 2018 la economía boliviana podría expandirse 4,3%, el FMI advierte que -como ese crecimiento se debe en gran medida a la fuerte inversión pública y la expansión del crédito a las empresas estatales- existe un riesgo de que bajen las reservas y aumente el déficit fiscal.
En el caso de Perú, el organismo publicó en julio de este año un análisis que mira positivamente la recuperación del país, dado que que en 2017 Lima pasó por dificultades y la pobreza aumentó levemente, por la influencia de desastres generados por la corriente de El Niño y los efectos del caso Odebrecht.
En 2018, la expansión prevista por el FMI es de 4,1%.
Si Chile crece 4% este año, como pronostica el FMI, sería la tasa más elevada desde 2013. Esta previsión está en línea con la del Banco Central de ese país.
Pese a los buenos resultados, el FMI anticipa que la economía chilena se desacelerará en 2019 con un crecimiento de 3,4%.
Para Colombia, el organismo arroja expectativas alentadoras que elevan el crecimiento en 2,8% para este año y 3,6% para el próximo.
A nivel global, el informe señala que la vulnerabilidad a los shocks externos ha aumentado en el mundo y que cualquier giro negativo en las economías emergentes, puede significar una amenaza para los países desarrollados.