Tal como esperaba el mercado, el Banco Central ajustó al alza la cifra de crecimiento prevista para la economía nacional este año. En el Informe de Política Monetaria (IPoM), el ente emisor aseguró que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandirá entre 6% y 7%, lo que contrasta con las cifras de 5,5% y 6,5% previstas en diciembre.
"Aunque en lo inmediato se anticipa un retroceso por el endurecimiento de las medidas sanitarias, las perspectivas de actividad para este año son superiores a las previstas en el IPoM previo", dijo en su reporte la autoridad.
Ello, se explayó el análisis, se explica por el mejor punto de partida dejado por la economía entre fines del 2020 y comienzos de 2021, el favorable panorama internacional y el rápido avance del proceso de vacunación.
"La nueva evidencia acumulada sobre los efectos de este último factor permite prever que hacia el segundo semestre habrá una apertura avanzada de la economía. Todo esto se ha traducido en mejores expectativas de empresas y hogares, y mayores proyecciones privadas de crecimiento", expuso el banco.
Hacia 2022, el IPoM ratificó las perspectivas de un PIB que mejora entre 3% y 4%, mientras que para 2023 el ritmo de actividad se ubicaría entre 2,5% y 3,5%, algo por debajo de lo que se calcula como crecimiento tendencial.
Desempleo en Chile llega al 10,6%: subió un 2,5 puntos con respecto al año pasado
En todo caso, advirtió el Central que la incertidumbre sobre esta última estimación es alta, pues la pandemia ha provocado efectos importantes en distintos ámbitos, como la salud financiera, la productividad de las empresas o la funcionalidad de las cadenas logísticas, los que podrían tener efectos variados en la capacidad de crecimiento de mediano plazo.
Los factores a favor
Las proyecciones del escenario central suponen que el impulso externo seguirá siendo positivo, con términos de intercambio en torno a 10% superiores a lo previsto en diciembre y una economía mundial que tendrá una recuperación importante en 2021.
Sobre la política fiscal, los pronósticos asumen que se mantiene un importante impulso durante este año, que se irá reduciendo en la medida que la emergencia sanitaria ceda y se avance en el proceso de consolidación fiscal.
Asimismo, considera que el proceso de discusión constitucional seguirá los cauces institucionales previstos y que no se repetirán episodios graves de violencia.
Respecto del gasto se anticipa una recuperación relevante del consumo gracias a la apertura de la economía y la alta disponibilidad de liquidez por parte de los hogares.
También se prevé un dinamismo algo mayor de la inversión pública y aquella ligada a grandes proyectos mineros y energéticos, pero no se espera aún una recuperación importante para la inversión corporativa no minera.
En este contexto, la formación bruta de capital fijo -referencia de la inversión- se recuperará de la caída de 11,5% que la afectó en 2020 a un ritmo de 9,2% este año para mostrar variaciones de 4,9% y 3,3% en los dos ejercicios siguientes.
Inflación pasará por el 4%
En el IPoM, el banco también contempla que la inflación tendrá un aumento transitorio hasta cerca de 4% en los próximos meses debido a los mayores precios de la energía y otros componentes volátiles, iniciando su convergencia hacia la meta de política, o sea 3%, en la última mitad del año.
"Antes de iniciar su convergencia a 3%, la inflación anual se verá afectada por el bajo precio del petróleo del segundo trimestre del 2020 que, combinado con su alza de los últimos meses, llevará la variación anual del IPC a valores cercanos a 4%", plantea el IPoM.
En dirección opuesta, operará la apreciación del peso respecto de sus niveles de fines del año pasado. La inflación subyacente —que no considera los volátiles— se reducirá hasta 2,6% hacia fines de este año para luego retornar a 3%.
En lo venidero, el banco advierte que será muy relevante para la política monetaria distinguir entre movimientos transitorios de precios —producidos por el del dispar comportamiento de las economías y los ajustes del mercado después de un shock inédito— e incrementos más sostenidos de la inflación.
El Consejo considera que, si bien las perspectivas para la economía han mejorado, la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política requiere que la política monetaria siga siendo "altamente expansiva. Con esto, la TPM se mantendrá en su mínimo de 0,5% hasta que la recuperación de la economía se afiance y se vaya propagando a los componentes del gasto más rezagados, lo que aún tomará varios trimestres".