En la costa oeste de la Isla Grande de Chiloé, un grupo de padres y madres comienza —cada viernes— el camino para llevar a sus hijos al jardín infantil para que cumplan con su proceso educativo.
Desde hace un año, el sector de Chanquín recibe cada viernes la llegada del jardín infantil móvil, el único que ha existido.
Francisco Guenumán explica a T13 que "en vehículo son 15 minutos, rápido, hablemos de un vehículo rápido, pero nosotros de aquí tenemos una hora y media a pata o una hora cuarenta, por ahí".
En el caserío de Huentemó, a poco más de 80 kilómetros de Ancud, viven alrededor de 70 personas y la única forma de salir es por medio de una balsa improvisada. "Uno viene a vivir acá tiene que ponerle empeño, para estar acá hay que ponerle empeño", explica Guenumán.
Juan Nain camina más de una hora para llegar al jardín y detalla que las dificultades son muchas, sobre todo en el invierno. "En el invierno hay veces en el que él (su hijo) no ha venido al jardín porque no hay puentes buenos para pasar, hay poca conectividad".