Era domingo por la tarde y Edita Muñoz, en ese entonces de 8 años, se preparaba junto a su familia para celebrar el cumpleaños de su hermano.
En su cabeza está el recuerdo de su madre, quien preparaba la torta y la mesa. Ella junto al resto de los niños jugaban en la calle Pérez Rosales, en pleno centro de Valdivia, a pasos de la Iglesia San Francisco y a una cuadra del Torreón de Los Canelos, otro hito de la ciudad fluvial. Fue ahí cuando la tierra se empezó a mover.
"La verdad de las cosas es que nadie se podía poner en pie. Unos se caían, y nosotros como niños ya estábamos en el suelo", recuerda a T13.cl Edita Muñoz, hoy de 68 años.
Lo que no sabía Edita en ese momento es que estaba viviendo el terremoto más grande del que se tenga registro en el mundo: de una magnitud 9,5. No hubo lugar en el planeta donde no se sintiera de alguna u otra medida.
Para entender de lo que estamos hablando es necesario saber que la magnitud es una medida instrumental que permite determinar la energía liberada por un movimiento de la tierra. Y, a diferencia de otras escalas, esta no es lineal, sino que la diferencia entre un grado y otro es exponencial.
Solo para graficar el nivel de energía liberada, es que consultamos a expertos y estas son algunas equivalencias:
- El terremoto de Valdivia liberó la energía equivalente a 11 terremotos como el 27/F (8,8)
- El terremoto de Valdivia liberó la energía equivalente 44 terremotos como el de Illapel de 2015 (8,4)
- El terremoto de Valdivia liberó la energía equivalente a 5,6 millones de sismos magnitud 5
- El terremoto de Valdivia liberó la energía equivalente a 20 mil bombas de Hiroshima
- El terremoto de Valdivia liberó la energía equivalente a la que consume un país como Estados Unidos durante un año completo
Un antes y un después
El terremoto del 22 de mayo de 1960 vino precedido de dos movimientos importantes. El primero a las 6:22 horas del 21 de mayo, y que alcanzó una magnitud 8,1, seguido de otro sismo 7,8 que ocurrió momentos antes del megaterremoto de Valdivia.
Galo Valdebenito es doctor en Ingeniería Sísmica y Dinámica Estructural, y docente de la Universidad Austral, precisamente ubicada en Valdivia.
Desde esa ciudad asegura a T13.cl: "El terremoto de 1960 marca un antes y un después en la ingeniería sísmica no solo chilena sino que mundial".
"Hay muchas cosas que aprendimos del terremoto. Por ejemplo aprendimos que estos mega terremotos ocurren cada 400 años. Eso significa que han ocurrido y van a volver a ocurrir", agrega el experto, quien señala la importancia de considerar estos riesgos sísmicos en el diseño de políticas públicas: desde mapas hasta mejores normativas.
Marcelo Lagos, jefe del departamento de Geografía Física de la UC, complementa a este medio que "el terremoto de 1960 fue por mucho tiempo un evento incomprendido, un evento raro, porque era demasiado grande".
En ese entonces, explica Lagos, el consenso que existía en la academia era que la energía se acumulaba en función del tiempo en una determinada zona. Y, al producirse le choque de placas, se liberaba una cantidad de energía que -de ser suficiente- desencadenaba un terremoto. Y si la deformación implicaba el fondo oceánico se registraba un tsunami.
"Lo que pasó fue que en 1960 los especialistas no lograban entender por qué había sido tan grande, siendo que en la misma zona habíamos tenido un terremoto en 1837. Si en antecesor había sido en 1837, sólo habían transcurrido 123 años, y en 123 años no se alcanzaba acumular la suficiente energía para explicar el terremoto de 1960, y por tanto fue mal entendido", explica.
Sin embargo, el terremoto de 1960 permitió descubrir que "existe una variabilidad de la ocurrencia de terremotos en el mismo segmento. Esto implica que pueden ocurrir terremotos pequeños, grandes y gigantes”.
Pero hay otro factor: "Originalmente no se le asignó una magnitud de 9,5, porque la escala de magnitud que se ocupaba en esa época no permitía calcular la energía liberada por eventos tan grandes", explica Lagos.
"Por mucho tiempo se le calculó una magnitud superior a 8. Sin embargo recién a mediados de los 70 se empezó a cuestionar y a entender que estos terremotos con rupturas tan grandes -en este caso, la ruptura fluctúa entre 850 y mil kilómetros, dependiendo del autor del estudio- son terremotos tan largos, que duran tanto tiempo que la escala de magnitud que se utilizaba en esos años, que era la escala de magnitud de ondas superficiales, y que no alcanzaba a medir la energía de eventos tan grandes", explica.
Valdebenito complementa: "Fue tan grande que fue capaz de hacer vibrar el planeta entero, todo el planeta vibró, se registró en todo el mundo. Y fue la primera vez en que se pudo medir las formas en las cuales se deforma el planeta".
Las causas del desastre
Fueron ocho minutos en los que la tierra no paró de moverse. Sin embargo, lo peor estaría por venir. Olas de hasta ocho metros metros arrasaron con las costas, siendo el balneario de Corral y Puerto Saavedra algunas de las zonas más afectadas.
Esta animación del Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico de EE.UU muestra cómo avanzó el tsunami por todo el planeta.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que 2 mil personas fallecieron producto del terremoto y posterior tsunami, 20 mil resultaron damnificados y un 40% de las viviendas en Valdivia quedaron destruidas. Las pérdidas, en tanto, se estiman en 3 mil millones de dólares.
"El terremoto de Valdivia fue tan grande que liberó prácticamente la cuarta parte de la energía que todo el planeta ha liberado en los últimos 100 años. Es comparable a la energía que consume un país como EE.UU en un año entero", plantea Galo Valdebenito.
Pero además del terremoto, explica el académico, "tenemos suelos que son complejos, geotérmicamente malos, y por eso hay muchas zonas de Valdivia en que es necesario definir el peligro sísmico a través de estudios".
En la mala calidad del suelo influyen varios factores. Uno de ellos, explica Valdebenito, es que "el río Valdivia ha ido depositando suelos muy finos. Y eso hace que terremotos grandes como el de Valdivia provoquen fenómenos como la licuefacción del suelo, que hace que el movimiento se amplifique más por los suelos blandos".
"Y cuando los suelos reúnen ciertas condiciones, simplemente licúan y se transforman en fango. Y lo que hay arriba se hunde. Eso ha pasado. paso para el 2010, para el de 1985, y evidentemente paso para el terremoto de 1960", agrega.
Sobre este mismo tema, Marcelo Lagos elaboró un ejemplo que resulta muy ilustrativo. Este video fue parte de un reportaje realizado para T13 en 2016.
Así las cosas, explican los expertos, el terremoto afectó a la infraestructura más vulnerable, en un contexto donde la normativa distaba mucho de la que tenemos actualmente. Otros edificios más rígidos, como el edificio Prales o el Hotel Valdivia resistieron sin mayores problemas, y siguen en pie hasta el día de hoy. En suma, la pobreza y la desigualdad son otros factores clave para entender el nivel de daños que causó el megaterremoto.
El "riñihuazo": la epopeya que evitó otro gran desastre
Las réplicas del terremoto de Valdivia se percibieron por hasta un año, con magnitudes de hasta 7,5. Pero hubo un episodio que marcó la vida de los habitantes de la ciudad fluvial y alrededores. ¿Su nombre? El "riñihuazo".
El terremoto de Valdivia provocó deslizamientos de tierra que terminaron por tapar sectores del del río San Pedro, que es la desembocadura natural del Lago Riñihue. "En tres puntos se tapó el rio, y eso significó que el lago como no podía drenar comenzó a acumular agua por varios días", explica Galo Valdebenito.
Pero fue el esfuerzo de ingenieros y obreros chilenos -muchos de ellos, con palas- el que evitó un mayor desastre, luego que realizaran enormes esfuerzos para realizar un drenaje controlado de las aguas el 24 de julio de 1960.
"Afortunadamente fue una crecida de agua controlada, pero que significo grandes inundaciones en Valdivia", precisa el académico.
Varios puntos de la ciudad terminaron convertidos en canales, como los de Venecia, lo que provocó que las balsas se transformaran en el único medio de transporte.