Porque incluso para morir, el poeta Nicanor Parra lo hizo siguiendo su peculiar estilo.
En el día de su muerte, salió a relucir una de sus obras titulada "Últimas instrucciones" (1969), donde el mismo especifica a través de la poesía lo que quería para su funeral.
"Háganme el favor de velarme como es debido/ dáse por entendido que la reina/ al aire libre -detrás del garage/ bajo techo no andan los velorios", dice.
"Cuidadito CON velarme/ en el salón de honor de la universidad/ o en la Caza del Ezcritor /de esto no cabe la menor duda/ malditos sean si me velan ahí / mucho cuidado con velarme ahí", agrega el poema.
A continuación el poema:
Últimas instrucciones
Éstos no son coqueteos imbéciles
háganme el favor de Velarme Como Es Debido
dáse por entendido Que en la reina
al aire libre -detrás del garage
bajo techo no andan los velorios
Cuidadito CON velarme
en el salón De honor De la universidad
o en la Caza del Ezcritor
de esto no cabe la menor duda
malditos sean si me velan ahí
mucho cuidado con velarme ahí
Ahora bien -ahora mal- ahora
vélenme con los siguientes objetos:
un par de zapatos de fútbol
una bacinica floreada
mis gafas negras para manejar
un ejemplar de la Sagrada Biblia
Gloria al padre
gloria al hijo
gloria al e. s.
vélenme con el Gato Dominó.
la voluntad del muerto que se cumpla
Terminado el velorio
quedan en LIberTad de acciÓn
ríanse -lloren- hagan lo que quieran
eso sí que cuando choquen con una pizarra
guarden un mínimo de compostura:
en ese hueco negro vivo yo.