El caso de María Inés Contreras, la chilena de 68 años que murió en Cancún luego de haberse golpeado la pierna, conmocionó a muchos. Una herida mal cuidada desencadenó la tragedia, algo que muchos ni siquiera imaginaban. Por ello, Guillermo García, urgenciólogo de la Clínica Las Condes, se refirió al tratamiento de las celulitis infecciosas.
De acuerdo a García, “Todas las celulitis son infecciosas. Ella sufrió una herida en un muelle, donde la superficie debió haber estado colonizada por numerosos cuerpos infecciosos. Incluso una pequeña astilla pudo haber quedado allí, en su pierna, y provocado la infección”.
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Luego de golpearse, María Inés Contreras fue auxiliada en el catamarán donde se trasladaba. Sin embargo, los cuidados prodigados no fueron suficientes.
Por ello, el doctor de la Clínica Las Condes aseguró que en ese tipo de casos es fundamental “una evaluación médica pronta, para hacer un cuidado detallado”.
“Es un caso trágico, muy infrecuente. Se localiza más en pacientes diabéticos y adultos mayores. Al haber sido una herida sucia, se requería una evaluación médica pronta”, indicó.
Comúnmente las heridas provocadas por golpes, a veces considerados menores, muchas veces son pasadas por alto y no se les otorga la importancia que ameritan. Y, por más que parezcan inofensivas, García asegura que “cualquier herida es una puerta de entrada para bacterias e infecciones que pueden llegar a ser gravísimas”.
Pero, ¿cómo se puede distinguir cuando una herida puede tener repercusiones graves?
En palabras de Guillermo García, “el enrojecimiento, el pus y el dolor” son señales inequívocas de que algo podría estar mal. Además, agregó que la fiebre es el signo definitivo de que la herida se complicó.
En esta línea, recomendó realizar un “buen aseo después de cada herida y lavar con abundante agua”.
Finalmente, indicó que no es recomendable cubrir heridas que no hayan sido bien limpiadas.