El pasado domingo 23 de abril, una avioneta capotó en Isla Mocha, en la Región del Biobío: cuatro personas resultaron fallecidas. Sin embargo, hubo una sobreviviente.
Se trata de Daniela Melian Antilef, quien en entrevista con LUNreveló algunas de las sensaciones que pasó durante la tragedia.
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La Licenciada en Artes Visuales, que tiene dos fracturas en la columna por el accidente, fue dada de alta el martes. "Lo solicité para poder estar en la ceremonia de mi pareja y así despedirlo", explicó al citado medio. Daniela hace alusión a su novio, el arquitecto Edison Villa de 31 años, quien murió en el accidente.
"Junto al Edison, mi amorcito, estábamos en la isla porque estábamos enamorados de ella. La isla nos hacía sentir bien, despertaba nuestro lado político, artístico, poético y social. Teníamos muchos planes. Arrendábamos una cabaña, pero queríamos ver la posibilidad de comprarnos un terreno", agregó Daniela, de 31 años.
Edison Villa fue una de las cuatro víctimas fatales que dejó el accidente, del cual la mujer solicita que se realice "una rigurosa investigación".
"El 2018, trabajando en el Centro Cultural La Moneda, me encontré con una pequeña reseña expositiva de Isla Mocha y me llamó demasiado la atención. Pedí unos días libres y me fui a Tirúa, crucé a la isla en bote y ahí me recibió en su casa la señora Laura Herrera, quien falleció como consecuencia del accidente aéreo de julio de 2021", rememoró Daniela.
"Ella me compartió la gran pena que llevaba en su corazón: su hijo Franklin había fallecido en 2017, en otro accidente aéreo en el tramo Isla Mocha-Tirúa. Ella me comentó de todas las problemáticas. Algo ocurrió en mí que la isla me marcó tanto y decidí irme a vivir allí", añadió.
El accidente
En la misma entrevista detalló los momentos exactos previos al vuelo, el que tomaron debido a una fractura sufrida por su pareja:
"El domingo 23 de abril íbamos saliendo de la isla, porque mi compañero había sufrido una fractura en el pie el sábado. Íbamos en un viaje especial. Juan Carlos (el piloto) prestaba servicios a la municipalidad de Lebu cumpliendo el rol de avioneta ambulancia. Edison era el paciente y yo su acompañante. Íbamos al centro asistencial de Cañete".
"No recuerdo bien todos los detalles del accidente, que fue inmediatamente después del despegue. Recuerdo que despegamos y al virar hacia el continente se detuvo el motor. Recuerdo que la avioneta precipitaba en dirección al mar. Juan Carlos no emitió ningún comentario. Luego, recuerdo estar en el agua, gritando 'ayuda'. La Lafken (mar en mapudungun) me salvó", añadió Daniela.
En esta línea agregó: "Ese día la mar no estaba buena, pero pude nadar pese a ello. No recuerdo sentir ni dolor ni frío al estar en el mar, sólo desesperación. Me sentía desorientada. Miraba para todos lados. Buscaba a mi compañero. No recuerdo cómo llegué a la orilla. Luego mis recuerdos se activan al estar en la posta, me estaban atendiendo. Ahí sí tenía frío. Preguntaba por Edison y nadie me respondía. Me decían que no sabían".
"Me sacaron en un helicóptero de la Armada desde la isla a Cañete, de Cañete en ambulancia a Curanilahue, de Curanilahue en ambulancia a Concepción. Un largo y eterno trayecto. Mi cuerpo es fuerte y resistió, pero los tiempos de reacción ante una emergencia son tardíos. En el hospital de Curanilahue me dijeron lo que había sucedido y que yo era la única sobreviviente”, relató al mismo medio.
Por último afirmó que “una de las características que debe cumplir una aeronave al volar sobre el mar es que sea bimotor, esto para que cuando se apague un motor pueda responder el otro. Esto no sucedió, por eso capotó, ya que la avioneta de Juan Carlos sólo tenía un motor".