Un sismo se registró en el Norte Chico del país, motivando que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) descartara un posible tsunami en las costas chilenas.
Según información preliminar del Centro Sismológico Nacional (CSN), el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 5.3.
Éste sismo tuvo su epicentro a 41,93 kilómetros al oeste de Caldera, en la Región de Atacama, en pleno Norte Chico del país.
Al mismo tiempo, se precisó que el sismo se registró a las 10:37 horas de este lunes 11 de septiembre y tuvo una profundidad de 29,8 kilómetros.
Cabe destacar que el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) precisó que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) indicó que "las características del sismo no reúnen las condiciones necesarias para generar un tsunami en las costas de Chile".
¿Qué es un sismo?
Según describe el CSN, indistintamente un sismo, temblor o terremoto es el proceso de generación de ondas elásticas y su posterior propagación por el interior de la Tierra. Al llegar a la superficie de la Tierra estas ondas producen movimiento y vibración del suelo.
También aportan que en Chile, se usa el término Terremoto para un sismo que genera daños estructurales, esto es, que sea reportado con Intensidad en la Escala de Mercalli Modificada con grado VII o superior.
Magnitud e intensidad no son lo mismo
Es fácil confundirse, ya que ambos conceptos están relacionados, pero magnitud e intensidad no son equivalentes.
La magnitud es una medida del tamaño de un sismo que tiene relación con la cantidad de energía liberada en forma de ondas elásticas. El valor es único para cada evento sísmico.
La intensidad, por otra parte, mide los efectos de un determinado evento en personas, animales, estructuras y terreno. En Chile se utiliza la Escala de Intensidades de Mercalli Modificada (NCh3 of.61), los valores de intensidad se denotan con números romanos que clasifican los efectos sísmicos con doce niveles ascendentes en severidad. La intensidad no solo depende del tamaño del sismo (magnitud) y de la fuerza del sismo (aceleración), sino que también de la distancia epicentral, la geología local, la naturaleza del terreno y el tipo de construcciones en el lugar. Para un mismo temblor habitualmente se reportan varias intensidades las que, en general, decrecen a medida que la distancia epicentral aumenta.