Sernageomin advierte sobre “alta probabilidad” de formación de lahares secundarios en Calbuco
El director del Sernageomin, Rodrigo Álvarez, recordó la experiencia vivida en Chaitén en el 2008, para advertir sobre una “alta probabilidad” de que se forman lahares secundarios en la zona de Calbuco, debido a las lluvias pronosticadas para las próximas semanas.
La institución técnica recordó que el principal impacto causado sobre Chaitén en esa época, se debió que la ceniza acumulada fue arrastrada por la lluvia ocasionando la destrucción del pueblo. Sin embargo, especificó que este nuevo tipo de impacto sólo es posible con precipitaciones intensas.
La autoridad explicó que los lahares secundarios se forman cuando "el material piroclástico inestable que deja la ceniza y la pómez" se mueven. Pero también pueden aparecer por "el emplazamiento de flujos piroclásticos", detalló, y "estos últimos son los que podrían observarse en los próximos días o semanas en la zona del volcán Calbuco".
En un comunicado difundido por la institución, se muestra un mapa de riesgo con las zonas que se verían más afectadas:
Las áreas más sensibles "son aquellas donde se acumuló más de 30 cm de material sobre laderas de más de 35° de pendiente”, indicó el jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin, el volcanólogo Luis Lara.
Asimismo, el cuadrante situado al noreste es el más complejo, por una distancia de hasta 30 kilómetros desde el volcán Calbuco, incluyendo parte del volcán Osorno y los principales valles que descienden de él.
“Los valles que descienden hacia el río Petrohué en el sector situado al este deEnsenada y otros del sector de Ralún también son específicamente susceptibles, a lo que se suma obviamente los valles que descienden del volcán Calbuco" destaca el informe.
"Todos los cauces indicados, en una franja de al menos 200 metros a cada costado, deben considerarse zonas de peligro en la condición actual y frente a precipitaciones intensas”, se enfatiza en el comunicado.
En la parte alta del volcán Calbuco el material depositado puede alcanzar más de 1 metro de espesor. Este material escurriría hacia el fondo de los valles generando inundaciones abajo. Preocupa, también, el Lago Chapo y el sector de Correntoso y el Río Caliente.