El sacerdote jesuíta Felipe Berríos comentó en un medio extranjero que en Chile a los migrantes se les juzga no por su nacionalidad, sino que por su situación económica.
En entrevista con el periódico español El País, el activista ,escritor y fundador de las organizaciones Techo e Infocap analizó la crisis migratoria en el norte, luego de que el pasado sábado una marcha en contra terminara con la quema de camas, carpas y otras pertenencias de venezolanos.
Berrios aseguró que “la inmigración no va a parar. Porque Chile, por mucho que lo critiquemos,es el país más rico y con mejores perspectivas de la región”, y que el paso de los extranjeros se queda estancado por los trámites que solicita el gobierno para ingresar.
Además, mencionó al mismo medio que los chilenos de menores recursos son los más afectados por los inmigrantes, ya que estos “hacen sus necesidades en cualquier lado, que ponen la música a todo chancho y ocupan los pocos espacios públicos de los barrios humildes”.
“Son los más tensionados, porque los señores que desde el barrio alto de Santiago dicen estar a favor de los migrantes, no tienen el problema encima”, agregó.
El jesuíta apuntó a lo dañino que es el centralismo en Chile y la responsabilidad de todos los gobiernos en la crisis, añadiendo que el de Sebastián Piñera “crea xenofobia” y “ha sido ineficiente e indolente ante esta situación”.
Por último, el activista dijo que “en Chile, los nuevos pobres son los migrantes. Y son marginados no porque sean extranjeros, sino porque son pobres. Si viene un boliviano o un venezolano con plata, como los primeros que llegaron, nos los van a rechazar. Los rechazan porque son pobres”.