El pasado 14 de julio, se registró un tiroteo en la población Raúl Silva Henríquez de Quilicura, que acabó con la vida de cuatro adolescentes de 13, 15 y dos de 16 años.
Reportajes T13 accedió a antecedentes inéditos de la investigación por la masacre en Quilicura, donde la hipótesis que más suena son las rencillas entre dos bandas por hechos anteriores.
Según la investigación, un grupo de jóvenes estaba celebrando un cumpleaños, salieron al exterior y se reunieron en el muro de una casa en Calle B, cuando al menos tres personas descendieron desde un vehículo y abrieron fuego.
T13 accedió a la declaración judicial de los testigos, uno de ellos aseguró que “el vehículo se detiene percatándonos que era un automóvil, marca Nissan, modelo Versa, color gris y vidrios polarizados. Baja los vidrios del costado izquierdo y los sujetos del interior efectúan una ráfaga de disparos, aproximadamente unos 30 creo que escuché”.
En total, Carabineros logró registrar 51 disparos.
Los pasos de los autores de la masacre en Quilicura
El fiscal Daniel Contreras afirmó que los sujetos usaron armas automáticas. “El sitio del suceso estaba lleno de vainas por todos lados, eso habla del grado de frialdad que tienen estos sujetos, la ocupan como quien está regando un parque”, declaró.
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Posteriormente, el vehículo se dirigió hasta el Pasaje 16, a metros del primer ataque. “Alrededor de las 00:15 mientras estaba en mi domicilio me percato que llega un vehículo tipo sedán, marca Nissan, modelo Versa color plateado, desde el cual baja un sujeto al cual conozco con el apodo "El Morocho”, de nombre Jonathan, el cual es hermano de un conocido narcotraficante apodado “El Gárgola”, sujeto que se baja en compañía de dos personas más, ese instante Morocho grita hijo de la …”, declaró otro testigo.
Tras ese grito, se habrían disparado 25 vainas más. Luego, el vehículo fue trasladado a Volcán Tupungatito. ”A eso de las 01:00 horas me percaté que se encontraba un automóvil, estacionado, sin ocupantes, de color plateado, marca Nissan, modelo Versa. Presentaba su parabrisas trasero totalmente quebrado, lo que me permitía ver a su interior, pude ver en el espacio que queda entre la cabecera de los asientos y el parabrisas trasero, una vaina color amarillo”, dijo un testigo.
El auto fue incendiado para borrar evidencia, sin embargo, en su interior se encontraron ocho vainas más. Gracias a esto se logró la detención del único imputado por la masacre en Quilicura.
Investigan rencillas entre bandas
Se trata de Jonathan Andrés Herrera Parra, de 28 años, apodado “El Morocho”, quien cuenta con antecedentes por 23 causas entre ellas, tráfico de drogas, porte de armas y robo con intimidación.
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Según la investigación, este sujeto pertenece a la agrupación conocida como “Los Gárgolas”. “Ellos se dedican al robo de vehículos, probablemente este delito está vinculado con algo relacionado al robo de vehículos”, declaró el fiscal.
En concreto, se investiga la disputa del territorio entre “Los Manes” y “Los Gárgolas”, ambas bandas dedicadas al robo de vehículos que podrían haber utilizado a menores de edad como "soldaditos".
Luis Toledo, ex jefe de drogas Fiscalía Nacional explicó que “la vulnerabilidad y pobreza en los barrios es una carta que las organizaciones criminales están buscando. Les pagan a estos niños muchísimo dinero para robar vehículos. Se habla de un millón de pesos por cada actividad delictual”.
Si bien ninguno de los jóvenes asesinados tenía antecedentes, el único sobreviviente que era mayor de edad, tenía antecedentes por el robo de vehículos.
La defensa de “El Morocho” manifiesta que el imputado es inocente: “Yo tuve la declaración de Jonathan, el cual me contó que no se encontraba en el lugar de los hechos, si se encontraba en su domicilio durmiendo con sus hijos. Hay varias contradicciones, un testigo señala que habría reconocido a un sujeto que le disparó siete veces”, aseguró Bayardo Leiva, abogado de Herrera.
El testigo que menciona el abogado utilizó su cuerpo para intentar proteger a uno de los menores. “Yo miro para la esquina y veo al loco que me apunta con la pistola, este vestía de ropa negra y capucha con un chaleco antibalas de color negro, más alto que yo de 1.73 aproximadamente, contextura delgada y me dispara con una pistola”, declaró
“Hace una descripción aproximada que no corresponde con la descripción de mi representado. Mi representado con suerte debe medir 1,60 (…) En el fondo, los chilenos tenemos contexturas similares, aquí hubo un error”, respondió el abogado defensor.
A un mes de la masacre en Quilicura, el Ministerio público no descarta nuevas detenciones.