Daños genéticos y cáncer. Con ese tipo de enfermedades se relacionan los gases contaminantes que se han registrado durante las últimas semanas en las comunas de Quintero y Puchuncaví en la Región de Valparaíso.
Así lo dio a conocer un informe que el Colegio Médico hizo llegar a la Corte de Apelaciones de Valparaíso en el que se detalla los efectos nocivos en las habitantes de la zona tienen gases como el Nitrobenceno, Metilcloroformo (Tricloroetano), Nitrobenceno, Tolueno e Isobutano, los que fueron registrados por las autoridades sanitarias en el sector.
El documento, sobre el que entregó detalles el diario La Tercera, fue solicitado por la Corte de Valparaíso producto de la querella que habitantes de Quintero, Puchuncaví y Zapallar presentaron por los efectos que ha tenido en la zona la contaminación.
El texto igualmente especifica que la situación sanitaria de las personas en el corto, mediano y largo plazo se ve influenciada por la actividad industrial del Complejo Ventanas, en particular por la exposición a elementos como el metilclorformo, nitrobenceno, tolueno y dióxido de azufre. Este estudio se hizo en base a los episodios de contaminación de las últimas semanas y que son relacionados a la compañía Oxiquim.
El informe también ahonda en el episodio del 21 de agosto, donde cerca de 30 niños de Quintero acudieron al hospital comunal por síntomas como cefaleas, vómitos, diarrea, síntomas y signos neurológicos. Al día siguiente un equipo de Santiago estuvo en la zona y analizó 120 gases, informando la presencia de compuestos como metilcloroformo (tricloroetano), tolueno, isobutano y nitrobenceno. Además, este último compuesto afecta el sistema nervioso central, el riñón y provoca efectos neurológicos e inflamación intestinal. En dosis mayores puede ser cancerígeno y generar daños genéticos y cromosómico.
A esto hay que sumar que el texto precisa que sobre el tolueno se han reportado casos de abortos espontáneos en madres y entre adictas embarazadas se han descritos retardo del crecimiento, déficit cognitivo, de lenguaje y motor, déficit intelectual, microcefalia y malformaciones craneofaciales. Por otro lado, los óxidos de azufre (y sus derivados) y el arsénico están asociados a problemas respiratorios y sensación de ardor en las vías aéreas, aunque estos compuestos no se han presentado en las crisis ambientales de agosto y septiembre pero sí en casos anteriores.
En cuanto al metilcloroformo, este compuesto está prohibido en el país desde 2015 en virtud del Protocolo de Montreal y en forma aguda puede producir somnolencia pero en concentraciones más altas cefalea, náuseas, vómitos, diarrea y mareos, pérdida de conocimiento y la muerte. En tanto, la exposición crónica se asocia a daños hepáticos, problemas cardiacos, riesgo de cáncer hepáticos, reducción de vida y posibles efectos genéticos.
Finalmente, el documento también aborda detalles de los otros eventos de contaminación ocurridos el 23 de agosto, el 4 de septiembre y el 24 de septiembre.
Asimismo, se destaca que "otro hecho que merece ser investigado y que es posible que tenga relación con algunas de las hipótesis sobre los posibles responsables de la crisis sanitaria, es la ausencia de registros de hidrocarburos en los días previos a los primeros episodios de intoxicación masiva ocurridos en Quintero – Puchuncaví. Es decir, faltan datos entre el 19 y 24 de agosto".
