Por Juan Pablo Figueroa
Era 2011, el primer año de Sergio Jadue como presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), y ya entonces empezaban a tomar forma las irregularidades que cinco años después marcarían su caída y la de su círculo de hierro.
Con su llegada, la ANFP abrió una línea de créditos blandos para ayudar financieramente a sus clubes asociados, algo que la administración anterior tenía prohibido. Con el acuerdo del Consejo de Presidentes, se fijó como máximo para cada club, un préstamo anual por $ 50 millones. Poco tardó esa regla en romperse.
Ese primer año le entregaron a Deportes Concepción $ 65 millones, es decir, 30 % más que lo permitido. Un sobrepago marginal si se compara con los que le siguieron. En 2012 fueron $ 295 millones; en 2013, $ 420 millones; en 2014, $ 440 millones; y en 2015, $235 millones.
Si se hubiera respetado el monto máximo aprobado, el equipo penquista sólo podría haber accedido a financiamiento durante esos cinco años por un total de $ 250 millones.
Pero tal como reveló el domingo pasado una investigación de Contacto, a Deportes Concepción le entregaron casi seis veces ese monto, unos $1.455 millones.
Lo anterior es sólo una parte de lo que la ANFP le entregó durante la administración Jadue a Fuerza, Garra y Corazón, la sociedad anónima que controla al club de la VIII Región. Además, el destino de gran parte de ese dinero hoy se desconoce. Es por eso que el miércoles 22 de junio, la ANFP ingresó en el 13° Juzgado de Garantía de Santiago una querella por estafa contra un grupo de ex controladores del club, a quienes acusan como responsables de la grave crisis económica que derivó en su desafiliación del fútbol profesional a fines de abril.
La acción penal pone el foco sobre el rol que jugaron cuatro personas: Nibaldo Jaque, Adolfo Sabando, Pablo Tallarico y el argentino Luis Polnoroff, todos ex directores de Fuerza, Garra y Corazón.
No sólo los acusan de haber gestionado mal el dinero proveniente de la ANFP. También los responsabilizan de haber pagado con dineros de la asociación viajes, traslados y estadías de sus dirigentes en distintas partes del país por 800 millones de pesos; y de haber cobrado personalmente pagos que eran para Deportes Concepción, sin dejar registro de que luego hayan sido transferidos al club.
El texto también señala que habrían obtenido préstamos con empresas externas poniendo como garantía las platas del Canal del Fútbol (CDF); y que habrían estrujado al máximo y de manera irregular los canales de financiamiento que dispuso la ANFP de Sergio Jadue.
Si se suma todo lo que el club obtuvo de la ANFP entre 2011 y 2015 (por diversas vías), da un total aproximado de $3.400 millones. La querella apunta a que la justicie determine el real destino de esos fondos.
Lo que sigue son algunas pistas de cómo se repartió y a dónde fue a parar ese dinero.
Los acusados en Concepción
El primero de los querellados es el más complicado: a Nibaldo Jaque lo acusan de una doble militancia, ya que además de tener intereses como accionista del club hasta 2013, fue secretario general de la ANFP durante los últimos cinco años.
No sólo eso: es considerado la mano derecha de Jadue, uno de sus escuderos en las irregularidades que investiga la justicia. Por él pasaban gran parte de las decisiones importantes que se tomaban en la cúpula de la asociación, incluidas las reparticiones de dinero.
Por eso a él se le sindica como el principal nexo que explicaría las millonarias transferencias irregulares desde la ANFP a Deportes Concepción.
Adolfo Sabando fue quien asumió la presidencia del club cuando Jaque llegó en 2011 a la ANFP, y quien al poco tiempo adquirió el control total a través de su empresa Trial S.A.
Pablo Tallarico, ex agente de futbolistas, fue su vicepresidente y accionista hasta mediados de 2014, posición que a su salida fue ocupada por Luis Polnoroff. Tras la renuncia y venta de acciones de Sabando a fines de 2015, fue este último quien se convirtió en el accionista mayoritario y presidente de la sociedad. Hoy es el único que seguiría vinculado a Fuerza, Garra y Corazón.
La querella también incluye los $ 1.050 millones del préstamo que la ANFP gestionó con dos bancos y que luego otorgó a Deportes Concepción a inicios de 2014 para saldar sus deudas con empresas de factoring.
Préstamo doble
El 3 de enero de 2014, dos dirigentes de Deportes Concepción firmaron ante notario un documento mediante el cual reconocían que el club debía $ 525 millones a la ANFP. Eran Pablo Tallarico y el entonces gerente general de Fuerza, Garra y Corazón, Pedro Sabando. T13 tuvo acceso a ese documento.
El dinero era parte de un gran préstamo por US $ 30 millones que la ANFP obtuvo a fines de 2013 con los bancos Penta y BBVA. Un millonario fondo que gestionó la administración de Jadue para distribuir entre los clubes y así ayudarlos a saldar sus deudas y “financiar inversiones y capital de trabajo”.
Para lograr el crédito, la ANFP constituyó los flujos provenientes del Canal del Fútbol (CDF) como garantía. El mecanismo se había presentado como una especie de salvataje para el fútbol chileno y el acuerdo era que cada club podría optar como máximo a un millón de dólares. 24 de los 32 clubes que componen la asociación se pusieron a la fila.
Aunque el documento demuestra que Deportes Concepción sí recibió el millón de dólares que le correspondía, los registros de la ANFP dan cuenta de que en realidad fue sólo una de dos partidas iguales y que al final, sin justificación alguna, recibió el club.
En total, Deportes Concepción recibió el doble del monto aprobado: dos millones de dólares, equivalentes a esa fecha a $1.050 millones.
Esa entrega doble no fue el único beneficio especial para Deportes Concepción. De los $15.900 millones que la ANFP solicitó a los bancos, quedaron cerca de $2.682 millones sin repartir. Ese monto, según dice el informe forense que elaboró Deloitte, habría quedado para el uso interno de la asociación. De ahí habrían salido nuevas transferencias discrecionales que beneficiaron a tres clubes. El que más dinero obtuvo en esa partida extra fue Deportes Concepción, con un préstamo cercano a los $ 135 millones.
Un documento interno de la ANFP al que accedió T13, señala que Deportes Concepción ya le adeudaba a la ANFP unos $ 566 millones a fines de 2013. A esto se deben sumar los $ 525 millones que debía a la empresa FactorOne, propiedad de Jorge Sánchez y Felipe Muñoz, presidentes de Deportes Antofagasta y Deportes Copiapó, respectivamente.
Esa última deuda habría sido cubierta totalmente por la misma ANFP el 21 de enero de 2014. De eso da cuenta un contrato que T13 encontró en el Archivo Judicial y que lleva la firma de Jaque, Tallarico, Sabando y Muñoz.
Días después, el club volvió endeudarse con FactorOne por poco más de $ 250 millones. El contrato de esa operación fue suscrito por Sabando y Tallarico en representación de Deportes Concepción. Por la empresa de factoring actuó Felipe Muñoz.
Pero lo que más llama la atención en ese contrato es la firma de quien se constituye como aval, alguien que a esa altura supuestamente ya nada tenía que ver con el club: Nibaldo Jaque.
Otras transferencias cuestionadas
Entre las transferencias irregulares que la ANFP pide que sean investigadas, se cuenta una serie de pagos realizados por la asociación para cubrir gastos propios de los dirigentes del club y que nada tendrían que ver con la asociación. Entre ellos, varios millones en viajes, traslados y estadías en hoteles en distintas ciudades del país.
Por otro lado, la ANFP también cuestionaría créditos obtenidos por Fuerza, Garra y Corazón con empresas externas, dejando como garantía ingresos futuros por utilidades del CDF. Tal como ya había hecho con FactorOne. Entre ellas, se encontrarían distintas compañías como Factorplus y la sociedad de Inversiones y Asesorías El Bosque.