Decenas de postes a punto de colapsar y gigantescos árboles en riesgo de aplastar viviendas han encendido las alarmas en varias comunas de la capital. A pesar de llevar 15 días desde el corte de energía eléctrica, estos peligros siguen presentes, sin que nadie se haga responsable de retirarlos o dar una solución.
En Batuco, un poste que apenas se sostiene por los cables se ha convertido en una amenaza diaria para los vecinos. Los autos pasan, los niños juegan, y los residentes transitan bajo la sombra de este peligro inminente, sin que ninguna autoridad se haga cargo. Aunque se instaló un nuevo poste, la estructura dañada permanece en el lugar, con cables todavía conectados, generando más incertidumbre y preocupación entre los habitantes. "Vinieron 20 personas a hacer esto hoy en la mañana, y no hicieron nada. Es una burla", comenta una vecina, indignada por la inacción de las autoridades.
Reportajes T13: Adultos mayores cuidadores | Una crisis que ya comenzó
En la misma zona, entre Batuco y Lampa, los residentes han estado 15 días sin luz, mientras los postes siguen colgando peligrosamente. Pero los postes no son el único problema: un gigantesco eucalipto cayó sobre la casa de Willy, destruyendo su hogar y su emprendimiento. "Me fui a la cocina, me agarré de las cositas, y en esos cinco segundos se ve el árbol atrás", relata Willy, quien ahora se encuentra esperando alguna ayuda que aún no llega. "Nadie responde, ni siquiera nos consideran", añade con frustración.
¿Quién debe responder por postes y árboles caídos?
La responsabilidad de despejar las calles, especialmente de postes y cableado, recae principalmente en las empresas eléctricas y de telecomunicaciones. Sin embargo, el retiro de árboles y escombros de las vías públicas es tarea de los municipios, quienes, junto con la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), deben asegurar que las condiciones sean adecuadas para el restablecimiento del servicio eléctrico.
SEC inicia elaboración de informe de caducidad tras incumplimiento de Enel
Ante esta situación, las autoridades gubernamentales están llamadas a "apretar la mano" para evitar que estos riesgos sigan ocurriendo. Mientras tanto, los vecinos no sólo deben enfrentar la falta de energía eléctrica, sino también el miedo constante de que estos peligros puedan desencadenar una tragedia en sus propios barrios.