Por qué Hugo Bustamante decidió confesar ahora otros dos crímenes que cometió en los '90
La jornada de este viernes la Policía de Investigaciones (PDI) realiza una serie de pericias en el domicilio de Hugo Bustamante —conocido como el 'psicópata del tambor'— en Villa Alemana, en la Región de Valparaíso.
El condenado por el homicidio de Ámbar Cornejo en 2020, y que anteriormente había asesinado a su pareja y al hijo de ella en 2005, confesó otros dos homicidios desde la cárcel.
Según detalla Ciper Chile, Bustamante —desde la cárcel— confesó otros dos homicidios en medio de una investigación para desarrollar el libro "La niña Ámbar: Crónica del horror de un psicópata y las fallas del Estado".
En una carta, Bustamante señala que "no sé si darle los nombres de las dos personas que desaparecieron y que hasta hoy no sé han encontrado. Si le digo los nombres podrá comprobar que no estoy inventando".
En la investigación se asegura que Bustamante le contó a un funcionario de Gendarmería de los dos homicidios y la ubicación exacta de los cuerpos. Se trata de los supuestos homicidios de Elena Hinojosa y Eduardo Páez.
Quién es Hugo Bustamante, el "psicópata del tambor" y asesino de Ámbar Cornejo que confesó otros dos crímenes
¿Por qué Hugo Bustamante confesó ahora los dos crímenes?
Hugo Bustamante, quien actualmente cumple condena por el asesinato de Ámbar Cornejo, hizo la confesión en una conversación con la periodista Ivonne Toro, quien está preparando su libro “La niña Ámbar”. En la entrevista, Bustamante reveló los nombres de las personas, quienes son madre e hijo y desaparecieron en 1996.
Hugo Bustamante: Qué se sabe de las pericias que está realizando la PDI en el domicilio de Villa Alemana
Frente a la duda que surgió sobre por qué el 'psicópata del tambor' decidió ahora confesar estos dos crímenes, el fiscal jefe de Villa Alemana, Osvaldo Basso indicó que se debe a "básicamente por un tema de cargo y peso de conciencia".
En tanto, sobre las víctimas, el persecutor confirmó que había una denuncia por presunta desgracia.
