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Peluquerías reabren y extreman medidas sanitarias ante pandemia de COVID-19

Peluquerías reabren y extreman medidas sanitarias ante pandemia de COVID-19
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Cubrezapatos, toallas desechables y promociones anticipadas son parte de las medidas que han implementado las peluquerías Mi Lady Señorita, Ponte Linda y Kaarü.

Muchos son los rubros que se están viendo afectados por la pandemia de Covid-19, y las peluquerías no están al margen. Si bien tinturas y cortes pueden realizarse en casa, hay quienes buscan siempre un acabado profesional, lo que llevó a Mi Lady Señorita, Ponte Linda y Kaarü a extremar sus medidas sanitarias para poder seguir recibiendo clientes.

No obstante, los emprendedores Cristóbal Vial, Odette Azúa y Francisca Figueroa cuentan que si bien han adaptado sus locales con el uso de cubrezapatos, toallas desechables y sanitización de pisos, entre otras medidas, sus ventas han caído desde mediados de marzo; un impacto mucho mayor que el del estallido social, cuando, concuerdan, no se vieron tan golpeados gracias a la ubicación de sus locales.

Mi Lady Señorita: "Más que una peluquería, parece un quirófano"

Tras el fin de la cuarentena obligatoria en Vitacura, Cristóbal Vial, socio de Mi Lady Señorita, dice que la situación de cada colaborador y los miedos de contagio fueron importantes para considerar reabrir los locales, cerrados desde el 16 de marzo. Luego de un mes, volvieron a atender en dos de las tres peluquerías -debido a la disponibilidad de colaboradores-, "pero con un protocolo para clientas y otro para peluqueros".

Sólo atienden con hora y deben venir con "mascarilla y guantes, sin acompañantes, y son rociados con sanitizador (...) Más que una peluquería, parece un quirófano", afirma Vial.
Explica que se dan horas espaciadas y que cada profesional trabaja con una sola persona a la vez y sin asistente: "La clienta tiene que salir, se sanitiza el lugar donde estuvo y ahí recién pasa la siguiente".

Los peluqueros, en tanto, deben contar con una muda de ropa para entrar y salir; trabajan puesto por medio para resguardar distanciamiento, y el uso de toallas y capas desechables es obligatorio.

Vial comenta que previo a la pandemia, Mi Lady Señorita atendía 278 personas al día en sus tres sedes. Hoy, desde la apertura el viernes 17 de abril, contabilizan 130 atención, pero aclara que "no es porque estemos vendiendo menos, sino que estamos adecuándonos a la menor capacidad de venta. Nuestra prioridad hoy es cuidarnos y también a las clientas".

Ponte Linda: "Abrimos según las clientas que agenden"

"La semana pasada abrimos un día", cuenta Odette Azúa, dueña de Ponte Linda. Dice que por la pandemia optó por desactivar la agenda digital y sólo está reservando cupos manualmente vía Instagram, por lo que la peluquería abre según la demanda. El salón, ubicado en Ñuñoa, ya contaba con protocolos de sanitización tras recibir clientas, sin embargo, hoy se ha extremado la limpieza y el uso de protección personal.

"Ahora sí o sí se usa cloro, porque las clientas vienen de afuera. Nosotras estamos atendiendo con mascarillas y guantes, y las clientas, antes de entrar, deben ponerse cubrezapatos y cubrevestuario, para encima de eso poner las capas", explica Azúa.

Los cuatro estilistas y cuatro asistentes se han distribuido por turnos de mañana y de tarde para evitar atochamiento, aunque asegura que de 12 clientas que atendían al día previo al Covid-19, actualmente reciben dos.

"Mensualmente, facturábamos un poco más de $ 5.000.000, y este mes, con suerte habrán entrado $500.000, y estoy siendo generosa", indica. Para paliar las pérdidas, Azúa puso en marcha la venta de kits con productos para el cabello, como baños de color y tratamientos de hidratación, acompañado de asesorías. Además, están realizando atenciones a domicilio.

Kaarü: "Estamos atendiendo de una persona"

Francisca Figueroa, socia fundadora del salón ubicado en Providencia, cometa que además del uso obligatorio de mascarillas, protectores faciales y guantes, sólo reciben a un máximo de dos clientas por turno, una para peluquería y otra para manicure.

Cuenta que para resguardar el distanciamiento trasladaron el área de manicure a la sala de espera, "para que en caso de haber una clienta para pelo y una para uñas, se atienden en zonas distintas".

La emprendedora dice que previo a la crisis, atendían en promedio 130 clientes a la semana. Hoy, están facturando un 5% de las ventas normales y están casi sin ingresos, por lo que "cerrar no es una opción", e incluso están adaptando los horarios a la demanda de sus clientes.
La venta de promociones anticipadas es otra medida que implementaron para mantenerse a flote: "Hasta el 10 de abril se rebajaron los precios de ciertos tratamientos para ser 'cobrados' en cualquier momento del año, pero con la condición de que la compra fuera transferida enseguida. Pero esa plata está destinada básicamente para el arriendo de este mes", indica.

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