La noche del domingo 20 de octubre, Nelson Uribe, padre de José Miguel Uribe, veía la televisión, mientras en su ciudad, Curicó, comenzaban las manifestaciones por el descontento social que vive el país, a las que no pudo asistir por cuidar a Marco, el menor de sus hijos.
Al día siguiente, después de realizar su clásica rutina al igual que su esposa. Cuando veían televisión, ella recibió una llamada que le cambió la cara, cuenta Uribe a Revista Sábado: Le habían disparado a José Miguel, su hijo mayor de 25 años, cuando protestaba en la Ruta 5.
El joven llamó a sus padres el lunes 21 de octubre para pedirles que cuidaran a su hijo, para ir a marchar. Ambos le dijeron "para qué iba a andar leseando", consigna la revista. Sin embargo, ese no fue el último llamado que recibieron para saber de su hijo durante ese día. Posterior a eso, y según información entregada por el Ministerio Público, José Uribe murió por una bala que le atravesó el pecho y que fue percutada por un militar que viajaba desde Chillán a Santiago.
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Camino al hospital, un amigo llamó a Nelson Uribe. "Me preguntó si sabía lo que había pasado. 'Sí' le contesté. Anda tranquilo, me dijo, 'pero fuerza, viejo'". Cuando cortó, Nelson ya intuía que su hijo estaba muerto, dice el citado medio.
Consultado por su asistencia al tribunal el día del juicio, Uribe aseguró que solo quería verle la cara a Reyes, el militar acusado de dispararle a su hijo. "Sería irresponsable de mi parte odiar a una persona que no está condenada", dijo al medio.
"Yo sería muy irresponsable si empezara a hablar contra él y yo no soy ese tipo de persona. Hasta que no se diga la última palabra, hasta que no se diga que él es culpable, ahí sí", agregó.