Los eventos cálidos y olas de calor serán más recurrentes este verano en la zona central. Así lo proyecta el estudio "Análisis de las olas de calor y mega sequías entre 1919-2019 en los climas mediterráneos de Chile", elaborado por Patricio González Colville, Investigador del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA), de la Universidad de Talca.
"El cambio climático ha llevado a que de los 3 días con temperaturas iguales o superiores a 33° C que se esperaban para el mes de diciembre en el siglo XX, hayan aumentado a 6 días en el siglo XXI. En tanto, de los 5 días con esa temperatura que se anticipaban para enero, ahora pasamos pasado a 11 días, mientras que en el mes de febrero se han elevado de 4 a 7 días en ese rango", explicó.
A modo de ejemplo de los efectos del cambio climático que afecta al país, el académico observó que el martes 19 de noviembre en la región del Maule se registró la tercera temperatura más alta para el mes de noviembre en lo que va del siglo XXI, oportunidad en que los termómetros alcanzaron los 35°C. "Es decir, en dos décadas ya llevamos 3 años con extremos térmicos registrados en el mes de noviembre, lo que por sí solo supera a todo el siglo XX cuando solo hubo cuatro eventos de este tipo", puntualizó.
En ese sentido, detalló que "en los últimos 119 años de registro (1900-2010) en el siglo XX sólo cuatro veces la temperatura máxima diaria había sobrepasado los 35°C: en 1921 (35° C); 1932 (36° C) 1936 (35° C) y 1957 (35.9° C). En lo que va del siglo XXI estos eventos han sido más recurrentes: en 2007 Talca registró 36.4° C; en el 2016 fue de 37.2° C y ahora, 2019, fue de 35° C. Lo anterior indica que en solo 20 años del presente siglo se han producido 3 récord térmicos. Se suma a lo anterior que el 2016 se superó el antiguo registro de 35.9° C ocurrido el año 1957, al medirse 37.2 ° C. en noviembre".
Según el estudio realizado por el académico de la Universidad de Talca, que abarca la zona centro-sur del país—que comprende desde La Serena hasta Valdivia—, para el período estival que se avecina se esperan a lo menos tres olas de calor por mes.
"Se anticipan peaks de temperaturas máximas que oscilarían entre los 39 a 40° C, fundamentalmente en enero y febrero, con humedades relativas en torno al 29%", dijo el investigador, quien aclaró que en términos climáticos el verano culmina el 31 de marzo.
A modo de resumen del estudio el académico pronosticó que "este verano 2019-2020 podría traducirse en la estación más cálida en cuanto a temperaturas máximas y olas de calor de los últimos 119 años, en la zona central de Chile".
En cuanto a la duración de las olas de calor, estas se podrían extender de tres a seis días consecutivos con temperaturas iguales o superiores a 33° C.
"Según el estudio en el siglo XX los eventos cálidos extremos duraban, en promedio, seis días consecutivos en verano. En el siglo XXI es esperable 11 días consecutivos, en promedio, con temperaturas máximas iguales o superiores a 33°C. Por ejemplo en la región del Maule, durante enero de 2017, hubo 21 días seguidos en que las máximas diarias oscilaron entre 34° C y 39° C. Ha sido la ola de calor más extensa desde que tenemos registro de Talca, iniciados en 1900", observó.
Por otra parte, agregó que la mega sequía que lleva 13 años (2007-2019) está dejando, entre Santiago y Chillán, un 70% en déficit de lluvias. Según las tendencias a nivel mundial respecto al aumento del C02 en la atmósfera, que ya se cuantifica en 410 partes por millón al 2019, se estima que la temperatura de la Tierra se eleve a los 1.5° C (incluso 2° C) por sobre los niveles preindustriales, hacia el 2030-2035. Lo anterior está originando que los eventos extremos de calor sean más recurrentes y riesgosos para la salud humana y agricultura.
En conversación con T13 PM, el climatólogo y académico USACh, Raúl Cordero, explicó que el cambio climático exacerba las condiciones de inequidad. "Para la población más pobre les resulta muchísimo más difícil sobrellevar esta alza en los eventos extremos, y eso está causando, y va a causar, alzas en la morbilidad y en la mortalidad. Está muriendo gente".
Por su parte, la meteoróloga Michelle Adam, planteó que "tenemos que aprender a vivir con las nuevas condiciones meteorológicas que vamos a tener de aquí en adelante. Es por eso que es fundamental que la agricultura se adapte, que las comunidades se adapten".
En ese sentido, Patricio González explicó que hicieron un seminario con todos los directores de hospitales, Cesfam y clínicas de Talca, para explicarles cuál era el peligro que tenían las personas de exponerse al sol entre las 14:00 y 18:00 horas con temperaturas de 42°-43°C.
"Ellos decían que en realidad les está llegando más gente insolada, más gente con golpes de sol, más gente se está desmayando y eso nosotros tenemos que generar una climatología para que la gente se adapte o simplemente no salga a esa hora".