La Unión Europea acordó el cierre de sus fronteras exteriores el pasado 16 de marzo, una decisión sin precedentes que buscó cortar la expansión de la COVID-19 en plena explosión de contagios.
Los Estados miembros de la UE se enfrentan ahora la decisión de volver a abrir sus fronteras, pero no logran un acuerdo sobre los países a los que se les permitirá entrar a la comunidad europea, se espera que esta se concrete antes del miércoles 1 de julio.
Según informó el diario El País, Las discrepancias giran tanto sobre los criterios a aplicar como sobre la interpretación de los datos epidemiológicos procedentes de terceros países para validar o no la autorización de entrada. “Cada socio se fía de los de algunos países y de otros no, por lo que el consenso es muy complicado”, ha explicado una fuente diplomática al término de una reunión.
Lo que se espera, es que se le prohiba la entrada a personas que viajen desde Estados Unidos, Rusia, México, Brasil, Argentina, Perú, Chile, Arabia Saudí, Sudáfrica y Singapur. En cualquier caso, el veto no afectará a los ciudadanos europeos que regresen de los países considerados como poco seguros.
Hay países como Grecia, donde el turismo tiene gran importancia, que no quieren dejar a fuera a los ciudadanos de Estados Unidos o Rusia, que significan una gran cantidad de turistas menos justo cuando comienza el verano en el hemisferio norte.