El gobierno, a través del canciller Heraldo Muñoz, envió las condolencias a la familia de la chilena Zaida Catalán, de 36 años, cuyo cuerpo fue hallado el martes en el Congo luego de 16 días desaparecida.
“Mis más sentidas condolencias por el trágico fallecimiento de Zaida Catalán, compatriota chilena y sueca. Estamos con la familia y amigos de Zaida en este momento de profunda tristeza. Ha perdido la vida en República Democrática del Congo representando a la ONU", manifestó el ministro de Relaciones Exteriores desde Suiza, donde se encuentra en gira junto a la Presidente Michelle Bachelet.
Catalán, hija de una sueca y de un chileno exiliado ya fallecido, fue asesinada por rebeldes congoleses, mientras cumplía labores de investigadora para una Misión de la ONU en la nación centroafricana, para documentar la creciente violencia y las presuntas violaciones de derechos humanos que les atribuyen al ejército y a las milicias.
El portavoz del gobierno congolés, Lambert Mende, precisó que "la mujer fue decapitada y el cuerpo del hombre está entero".
Antes de trabajar y recorrer el Congo arriba de una motocicleta, Catalán había cumplido cuatro misiones, entre ellas en Cisjordania y Afganistán.
"Era la mejor hija que una madre podía tener", le comentó su madre a los medios suecos.
Catalán estudió Derecho, luego de que le preguntara cuando pequeña a su madre, según confesó a la prensa de su país a través de un comunicado, ¿qué puedo hacer para hacer de este mundo un mundo mejor? "Recuerdo que le dije un abogado, pues así tienes conocimiento de las leyes que rigen la sociedad y puede cambiarlos", relató.
En el New York Times, Brian Palmer la describió como una "personas para nada tímida para referirse a temas difíciles (...) Veía a la gente que estaba tratando de ayudar como sus iguales y amigos, y les era muy leales".
El primer ministro sueco, Stefan Löfven se mostró "triste y consternado" por la noticia. "Fue una de los que trabajan sin descanso por la paz y la justicia, y arriesgó su propia vida para salvar a otros", agregó.
Gustav Fridolin, portavoz del Partido Verde sueco, en el que participaba Catalán como vocera adjunta, la describió como "un verdadero modelo de comportamiento".
Junto a ella también aparecieron los cadáveres del estadounidense Michael Sharp y un tercer cuerpo que correspondería a su intérprete local Betu Tshintela, con quienes fue secuestrada el 12 de marzo en Kasai Central, sede de los milicianos de Kamwina Nsapu, el líder rebelde al gobierno de Kinshasa muerto en agosto de 2016.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó a través de un comunicado que Catalán y Sharp "perdieron su vida intentando comprender las causas del conflicto y la inseguridad en el Congo, con el objetivo de ayudar a devolver la paz a este país".
Justo en estos días debe votarse en el Consejo de Seguridad de la ONU un nuevo período para la misión en Congo.
Un país violento
La violencia se ha tomado las calles en el país en los últimos seis meses, dejando ya cerca de 400 muertos y 200 mil desplazados.
El lunes, la policía nacional congoleña acusó a los rebeldes de haber masacrado a 39 de sus agentes en Kasai, que cayeron el viernes en una "emboscada" de la guerrilla en Kamuesha (Kasai).
La rebelión Kamwina Nsapu ha sido acusada por la ONU de reclutar niños y de haber cometido múltiples atrocidades. Las fuerzas de seguridad por su parte son a menudo criticadas por Naciones Unidas por su uso desproporcionado de la fuerza contra rebeldes armados con palos y artefactos para lanzar piedras.
Reclaman, a nivel nacional, el nombramiento de un "primer ministro de la oposición" tal y como lo estipula el acuerdo de transición concluido el 31 de diciembre de 2016, que tendría que abrir paso a unas elecciones previstas a finales de este año.
Este acuerdo prevé que el presidente Joseph Kabila se mantenga en el poder hasta que entre en funciones su sucesor, así como la formación de un gobierno amplio dirigido por un miembro de la oposición.