Minsal entrega protocolo sobre apertura de piscinas: ¿Cuál es el riesgo de transmisión?
El Ministerio de Salud (Minsal) publicó este lunes el Protocolo de Manejo y Prevención ante COVID-19 en Piscinas, el cual tiene como principal objetivo establecer las medidas preventivas en estos lugares para disminuir el riesgo de contagio.
Además de las ya conocidas medidas de prevención obligatorias; como el uso de mascarilla, el distanciamiento físico, la higiene, limpieza y desinfección, entre otras, este protocolo establece un aforo máximo y limita ciertas actividades.
⚠ Ya está disponible en nuestra web del Ministerio de Salud el protocolo de manejo y prevención ante #COVID_19 en piscinas ? ♀ ? ♂.
— Ministerio de Salud (@ministeriosalud) October 26, 2020
Para conocer más detalles y qué protocolos se deben cumplir, ingresa aquí: https://t.co/doyiQxAJKD pic.twitter.com/MQRcTBLUte
“El aforo máximo permitido será calculado en relación a dos factores; áreas de esparcimiento (terrazas y/o jardines) y superficie útil de la pileta (piscina). Para el cálculo del aforo del recinto se utilizará la superficie más desfavorable entre estas dos, suponiendo una superficie de 1 personas cada 10m2 para cada uno de estos territorios”, expone el documento del Minsal.
El texto añade que “en el recinto se debe mantener una distancia de 1 metro lineal entre individuos” y que “es obligatorio el uso de la mascarilla en todo momento, salvo al momento de ingresar a la piscina”.
En su protocolo, el Ministerio de Salud prohíbe “el uso de toboganes y juegos acuáticos”, así como también destaca que “no se debe ingresar con objetos que puedan ser compartidos, tales como pelotas, objetos inflables u otros objetos similares”.
Revisa el Protocolo de Manejo y Prevención ante COVID-19 en Piscinas
Además, recomienda “evitar el uso de mobiliario que sea retirable en las áreas comunes en torno a la piscina, como mesas o sillas”.
¿Cuál es el riesgo de contagio en piscinas?
Conforme se acerca el verano, las piscinas se preparan para una nueva temporada de calor. Las autoridades sanitarias advirtieron que esta estación va a ralentizar, aunque no parar, la pandemia del coronavirus en los países que se adentran en las etapas más calurosas.
De ahí que muchos se pregunten si la enfermedad puede transmitirse o contagiarse a través del agua, la arena o el pasto que suele rodear a las piscinas.
Dado que no existen estudios específicos de la supervivencia del COVID-19 en entornos acuáticos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha basado sus recomendaciones sobre el tema en las evidencias científicas recogidas para otros coronavirus.
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"La morfología y la estructura química de este virus es similar a las de otros coronavirus para los cuales si existen datos de supervivencia", dice su informe.
De hecho, el organismo recuerda por ejemplo que se determinó que el virus de la influenza moría solo cinco minutos después de estar en contacto con agua potable con un cloro residual de 0,3 miligramos por litro.
"Aunque la presencia del COVID-19 en agua no tratada es posible, no se ha detectado en los suministros de agua potable", le explica a BBC Mundo la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Pero ¿qué pasa con el agua de las piscinas?
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España emitió un informe en el que analiza cuáles son las probabilidades de infección en estos entornos.
El cloro que se usa como desinfectante en las piscinas facilita la muerte del coronavirus que causa el COVID-19.
Su uso es obligatorio en muchos países por normativa sanitaria desde hace años.
"Alrededor de este tema hay muchas incertidumbres", le explica a BBC Mundo Joan Grimalt, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de España.
"Una contaminación dentro del agua es improbable, pero es mucho más improbable en agua salada o en agua de piscina", añade.
El porcentaje de cloro que debería tener una piscina es de al menos de 0,5 miligramos por litro.
Aunque normalmente suelen tener entre 1 y 2 miligramos por litro, un nivel que, según las autoridades del sector, sigue siendo seguro para la salud.
"No hace falta más cloro, pero hay que asegurarse de que la piscina siempre tenga el nivel adecuado, independientemente del número de personas que esté nadando", dice el investigador.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) coinciden en que "el funcionamiento y mantenimiento adecuados (incluida la desinfección con cloro o bromo) de piscinas, jacuzzis, spas o áreas de juego con agua deberían inactivar el virus".
El CSIC español recomienda lavarse "la cara y las manos con jabón antes de meterse en la piscina" e insiste en que es la aglomeración pública en las piscinas o playas lo que puede poner en riesgo a las personas.