“Mi mamá no se suicidó”: Familia de chilena que murió en Brasil no cree en versión de la policía y exige justicia
La chilena Ana González falleció en agosto de este año al caer del noveno piso de un edificio ubicado en el sector de Copacabana en Río de Janeiro, Brasil. La justicia de ese país determinó el deceso de la mujer como un suicidio, por lo que no investigaron más allá; pero la familia presenta aún varias dudas respecto al fallecimiento de la víctima.
Eso último, principalmente porque el primer informe policial figura como una persona no reconocida, pese a haber viajado con dos amigas hasta Brasil.
Debido a esto, la muerte de la chilena se ha convertido en un puzzle con aún muchas interrogantes.
"MI MAMÁ NO SE SUICIDÓ"
"Esta será la navidad más triste de nuestras vidas, sin el pilar que es mi mamá. Es fome, es fome porque mi mamá se fue bien para allá y me la traen en un cajón", expresó la hija de Ana González, en conversación con Reportajes T13.
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Con 60 años, la mujer vivió su primer viaje en avión, a un destino como Brasil, con dos amigas. Todo era felicidad, hasta el 21 de agosto.
Ese día, la familia recibió un trágico llamado: Ana habría caído desde el noveno piso de un edificio en Copacabana.
"Mi mamá estuvo un día, un miserable día y se murió. Y me dicen que se suicidó... mi mamá no se suicidó, mi mamá no se iba a quitar la vida, mi mamá amaba la vida, amaba a los hijos", afirma Daniela Jofré González, hija de Ana.
La policía brasileña, tras indagar en el caso, calificó la muerte de la chilena Ana González como suicidio.
El conserje, que fue quien dio aviso, explicó: "Miré hacia arriba tratando de visualizar de qué ventana podría haberse caído, sólo vi una ventana abierta que pertenece al departamento 927. Subí a ese departamento y toqué la puerta, nadie respondió, permanecí por 5 minutos más y luego bajé".
¿Dónde estaban las acompañantes con las que viajó Ana a esa hora? Minutos después llegó la policía. Aquí siguen las interrogantes, esto es lo que agrega el conserje:
"Unos 20-30 minutos después, dos mujeres bajaron y preguntaron si alguien había visto a su amiga, les pregunté el nombre, registré el libro de entrada del edificio y encontré el nombre de Ana. Cuando bajaron las mujeres, ya había llegado al lugar la Policía Militar".
Sin diligencia alguna, la policía brasileña calificó la muerte de Ana como el de una persona sin identificar. No hubo autopsia, tampoco exámenes toxicológicos, pese a que en el sitio del suceso habían latas de cervezas.
"LA POLICÍA INVESTIGA HECHOS"
El delegado de Policía brasileña, Gilberto Ribeiro, explica: "¿Cómo se determinó? Por los hechos. Se hicieron las pericias porque la cama estaba desarmada, en un pasillo del departamento habían innumerables latitas de cervezas, decenas de latas de cervezas".
"La policía investiga hechos, no investigamos sospechas de homicidio. Investigamos hechos. Si los hechos indican una posibilidad de homicidio, investigaremos un homicidio. Hasta aquí tenemos hechos que nos indican un suicidio", agregó.
Una de las amigas por 20 años de Ana González, Marisol Lagos, la invitó con todo pagado al fatídico viaje: Ella pagó pasajes, alojamiento, traslados y comida. Fue la propia Marisol, quien llamó a Chile para informar que Ana había tenido un accidente. Les dijo que mientras "dormían" cayó del piso nueve.
Pero la pregunta que se hacen es por qué Marisol nunca se acercó a la policía de Rio de Janeiro para decir que la persona que había perdido la vida era su amiga.
¿Por qué su amiga de años no reconoció a Ana ante las autoridades brasileñas?
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Todas estas dudas saltan a relucir para la familia cuando agregan aún más antecedentes: Para entender el contexto hay que volver a nuestro país, específicamente hasta una "toma VIP" en Horcón, región de Valparaíso.
Marisol es representante de esta y otras usurpaciones, y es aquí donde surge un dato revelador: le habría prometido un terreno a Ana González, días antes del viaje.
Ante esta situación, el relato de Marisol podría ser clave. Sin embargo, ante la búsqueda de su versión, Reportajes T13 se encontró con una respuesta, pero del portero de su edificio.
Marisol nunca pudo ser contactada.
