De acuerdo al medio argentino El Clarín, en la última de las cuatro sesiones de la conferencia de “emergencia espiritual” del Papa Francisco con los 34 obispos chilenos habló el de Osorno, Juan Barros, quien ha sido el centro de las polémicas al ser señalado como el principal encubridor de Fernando Karadima.
Barros habría informado otra vez que su renuncia estaba a disposición del Papa, que ya se la rechazó otras dos o tres veces porque confiaba en que era inocente. Esta vez, dicen desde Argentina, se aceptará la dimisión porque el pontífice está convencido de su culpabilidad.
También habrían renunciado antes de su partida a Roma los obispos Horacio Valenzuela, de Talca, Tomislov Koljatic, de Linares, y uno de los siete episcopales auxiliares de Santiago, monseñor Andrés Arteaga, que no asistió al encuentro porque está gravemente enfermo del mal de Parkinson.
Estos 4 obispos habían sido acusados por las víctimas de Karadima de ser cómplices que asistían a las vejaciones del pederasta y que desde entonces lo defienden: en especial Juan Barros, que afirma que es inocente porque estaba allí pero nunca vio que Karadima actuara contra la moral y las buenas costumbres.
Algunas fuentes creen que las renuncias alcanzarán a una docena de obispos chilenos.