A través de una declaración los Hermanos Maristas salieron a enfrentar publicaciones que vinculan a personas que ocupan u ocuparon cargos directivos en establecimientos educacionales de la congregación. El tema estalló el pasado jueves, luego que se conociera el testimonio que entregaron los denunciantes ante el enviado del Vaticano, monseñor Charles Scicluna.
En esa oportunidad, Jaime Concha y Jorge Franco sindicaron a Jesús Pérez, actual rector del Instituto Alonso de Ercilla, como presunto cómplice de los abusos sexuales de los que fueron víctimas. De acuerdo a su testimonio, revelado por el sitio web de Radio Biobío, “el hermano Jesús Pérez frecuentaba aquel colegio y con el tiempo supo que este es el que facilitaba las víctimas a los reverendos Miguel Ortega, Cristián Precht, Sergio Uribe y Alfredo Soiza Piñeyro”.
Al respecto, dicen los Hermanos Maristas, "queremos precisar que ninguna persona se nos ha acercado a denunciar estos hechos, como sí lo hicieron en otros casos. No obstante igual se procedió a informar inmediatamente a la fiscalía de esta situación, adjuntándole además cartas de descargo de cada una de las personas involucradas".
"Queremos ser enfáticos y señalar que así como no hemos escatimado esfuerzos para buscar la verdad -por todos los medios- como un gesto mínimo de perdón y reparación para quienes fueron vulnerados, y lograr que nuestros colegios se mantengan bajo la luz de la verdad y la dignidad que nuestro fundador nos heredó, tampoco aceptaremos que se nos calumnie o agravie gratuitamente"
Es por ello que señalan que "cuando sea necesario, interpondremos las acciones legales en contra de quienes busquen, denostando o injuriando a través de los medios de comunicación, dañar sin ninguna base a la institución y a las personas que formamos parte de ella"
Desde la congregación enfatizaron que frente a las denuncias de abusos sexuales "hemos actuado teniendo siempre presente el principio de buena fe, escuchando a quienes han manifestado ser víctimas de estos hechos, y en algunos casos cuando ellos han accedido, se le ha brindado ayuda psicológica con especialistas y acompañamiento espiritual". Además, dijeron, "institucionalmente se ha pedido perdón pública y personalmente a quienes han señalado haber sido víctimas de estos abusos, aún sin que se esclarezca la veracidad de sus dichos".
La congregación remarcó que "pese a que la mayoría de los incriminados" niega haber cometido los hechos imputados, por protocolo "inmediatamente se les ha separado de sus comunidades educativas, evitando el contacto con menores de edad, a la espera de que sean citados ante el Ministerio Público o ante el investigación Canónico pues son estas instancias a quienes les corresponde juzgar y establecer la verdad, de acuerdo a las normas de un debido proceso".
Víctimas rechazan "ataque mediático"
En una declaración pública firmada por Isaac Givovich, Jaime Concha, Eneas Espinoza, Gonzalo Dezerega, Jorge Franco, entre otros denunciantes, cuestionan en duros términos el actuar de los maristas.
"La misma Congregación que nos envía a varios de nosotros cartas reconociendo el delito y pidiendo perdón luego inicia un ataque mediático (...) Quieren desprestigiar a las víctimas, los mismos que perdieron toda credibilidad ocultando y encubriendo delincuentes", manifiestan.
Además abordaron los comentarios surgidos a raíz de una publicación en el diario La Tercera, donde se detalla que Givovich habría solicitado una compensación económica. Esto pues, según explica su hermana Paola, percibe 1,2 millones de los 8 de su sueldo producto de los gastos médicos vinculados a licencias médicas. Es por ello que se solicita el pago del año escolar de sus tres hijos, además de listas de útiles escolares y apoyo económico para vivir.
En cuanto a la posible búsqueda de reparaciones económicas, señalan que "ha sido el propio enviado vaticano, el obispo de Malta Charles Scicluna, quien nos instó a tales acciones".
"A los que se sienten suspicaces porque en la búsqueda de justicia se mencionen reparaciones económicas, quisiéramos recordarles que ello se encuentra contemplado en el derecho ordinario y canónico. Si estos hermanos maristas en vez de agredirnos sexualmente nos hubiesen atropellado con la camioneta del colegio y en el ejercicio de sus funciones de cuidado para con nosotros, dejándonos con secuelas físicas y psicológicas para toda la vida ¿les parecería mal que se hable de reparaciones económicas?", sentenciaron.