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Marea roja: lecciones de una tragedia

Marea roja: lecciones de una tragedia
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La marea roja es parte de una serie de fenómenos preocupantes en mares chilenos. ¿Cuánto tiene que ver el ser humano? Expertos en Alemania y en Chile dan pautas sobre este caso.

La llegada de la marea roja hace un mes a una extensa zona del sur de Chile desató una crisis económica y social, con miles de pescadores afectados, protestas, caminos tomados, barricadas y la presidenta Bachelet declarando Zona de Catástrofe y entregado bonos de dinero a los cesantes.

Recién las aguas se están calmando, pero la floración de algas nocivas (FAN) plantea varios desafíos. Carlos Molinet, investigador de la Universidad Austral de Chile y miembro del comité asesor de emergencia que creó el gobierno chileno, dice a DW que los estudios hacían prever que la marea roja se extendería hacia el norte, como ocurrió. “Lamentablemente no estábamos preparados desde el punto de vista de la educación, de la preparación para enfrentar estos eventos”, indica.

La toxina de las algas –en el caso chileno la Alexandrium catenella– es filtrada por moluscos, sin causarles daño. Pero al ser consumidos por el ser humano, éste puede presentar síntomas que van desde parálisis hasta la muerte. “Lamentablemente, no hay evidencia que nos permita afirmar que podemos evitar la ocurrencia de marea roja, más bien sólo podemos manejar y mitigar las consecuencias de estas floraciones”, agrega Molinet.

Cadena de desastres

La marea roja fue el último de una serie de eventos alarmantes en los mares chilenos: ballenas varadas, muerte masiva de peces, miles de mariscos muertos acumulados en playas y vertido de desechos de las salmoneras.

Científicos y autoridades son cautos a la hora de hablar de causas. “Sólo teóricamente intuimos cuáles son los principales factores que la desencadenan. Primero los quistes germinan de quistes. Mi hipótesis es que estos se encuentran dispersos en el mar interior. Luego de la germinación, mecanismos físicos acumularían las células y, según mis observaciones, se produce el transporte por corrientes superficiales”, explica el experto chileno.

El investigador Bernd Krock, del Alfred Wegener Institut (AWI), en Bremerhaven, Alemania, es parte del único grupo que estudia floraciones de algas nocivas en este país. El científico explica a DW que en la aparición de marea roja siempre hay una sobreposición de factores naturales y humanos.

“Estoy muy seguro de que un aspecto es el fenómeno climático de El Niño, con temperaturas extremadamente altas en aguas costeras que normalmente suelen ser bastante frías, y eso favorece floraciones de algas nocivas. Otro es el uso intenso de acuicultura en los fiordos de Chile y un input de nutrientes tremendo que también favorece, con otros factores, la floración”, explica Krock.

El experto explica que “las floraciones ocurren en zonas que coinciden con buen crecimiento de bivalvos y alta productividad, como Noruega, Escocia, España y también Chile”. No es claro si el aparente aumento de la marea roja a nivel mundial en realidad se debe a que hoy es más detectada, pero lo cierto es que también está apareciendo en zonas nunca antes vista.

Costos de la productividad

Una forma de diseminar estas algas podría ser a través de los tanques de arrastre de los barcos de carga, utilizados para establecer equilibrio cuando no van llenos. “Estos tanques toman agua de un lugar y cuando llegan a puerto los vacían y así también pueden intercambiar poblaciones de algas de un lado a otro. Los dinoflagelados tóxicos pueden formar estadios de inactividad en los tanques y cuando llegan a otro puerto y las condiciones son adecuadas pueden establecer poblaciones nuevas en áreas que antes no había”, explica Bernd Krock.

Otro mecanismo tendría que ver con la acuicultura, señala el experto alemán: “Aguas enriquecidas con nutrientes pueden causar floraciones de algas, lo que es un proceso natural. Pero además en la acuicultura, como las salmoneras en Chile, sólo una pequeña parte de los nutrientes de la alimentación de salmones realmente es consumido por los mismos peces y el resto va a la columna de agua y forma una base para otros organismos, entre ellos especies nocivas”.

El investigador del AWI apunta también al manejo ecológico y la legislación que regula la industria pesquera: “El gobierno de Chile quiere establecer nuevas industrias y evita todo lo que puede ser una restricción al desarrollo económico, pero por otro lado con eso compra problemas ecológicos que ahora le pasan la cuenta”. Como ejemplo cita que empresas salmoneras noruegas que operan en Chile se encuentran allí con menores restricciones que en su propio país.

Enfrentar el futuro

“Las zonas afectadas se recuperarán debido a que los mariscos se detoxificarán naturalmente… hasta que aparezca una nueva floración”, advierte Carlos Molinet. “Se puede aprender a convivir con la marea roja, como ya lo han hecho en otras regiones y en otros países. Paralelamente sí se debe pensar en fortalecer, recuperar, mejorar otras actividades productivas que permitan mitigar el impacto económico, a la espera de la detoxificación”.

Bernd Krock advierte que “como el oceáno es tan inmenso, nadie piensa que también es un ecosistema muy vulnerable y frágil, y que una sobreexplotacion puede causar daños tremendos, y eso es lo que están viendo ahora”. Es probable que el próximo año, sin la corriente de El Niño, la marea roja no regrese. “En ese sentido, va a ser un evento transitorio, pero el problema en sí sigue estando”, concluye. 
 

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