8 mitos y verdades sobre factores que gatillan la contaminación del aire en Santiago

Es fundamental comprender que la Región Metropolitana (RM) posee una geografía poco favorable. Chile es un país de cuencas, pero la que rodea a la capital es cerrada. Básicamente, la contaminación atmosférica en el Gran Santiago es intensa y se ha trasformado en el principal conflicto ambiental y sanitario de la zona, donde el aire permanece en - términos simples- estancado: la región cuenta con poca ventilación.

En medio de este escenario, los expertos del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), aclararon a T13.cl, cuáles son los principales mitos y verdades, respecto de la mala calidad de aire que preocupa al gobierno y a la población.

1. Sobre factores meteorológicos: Se trata de componentes sesgados, considerando que la contaminación tiene su origen en las emisiones. Éstas provienen de fuentes fijas (como chimeneas, o industrias), y de fuentes móviles (como los vehículos, de todo tipo).

2. Los tiempos de residencia: Están relacionados con la permanencia de los materiales particulados (MP)- contaminantes- en la cuenca. Como la RM es cerrada, el MP2,5 y el MP10, se concentran mayor tiempo en la zona, empeorando en panorama.

3. Cambiar el ecosistema: Popularmente, se cree que si se llena de árboles la capital o se elimina un cerro –observación bastante extrema- para poder generar ventilación, va a disminuir la contaminación atmosférica. Pero lo cierto es que mientras no cambie el comportamiento ciudadano, esta realidad puede empeorar. No existen estudios tampoco que lo acrediten. Lo principal, es emitir menos contaminación y de esta forma, avanzar más rápido en mejorar la calidad del aire.

4. La relación entre la salud y la contaminación: Cuando se habla sobre la mala calidad del aire, esta realidad no se puede comprender sólo como un problema ambiental. Las cifras en Chile que reveló el Primer Reporte del Estado del Medio Ambiente del MMA, exponen que la tasa de mortalidad prematura por enfermedades cardiopulmonares, relacionadas a los altos niveles de contaminación atmosférica, es de 4.070 anualmente y que ello tiene un costo para la productividad del país de 590 millones de dólares al año.

5. El efecto de la vaguada costera: Los frentes de mal tiempo generan altas presiones que producen un tipo de “tapón” en la cuenca. Se trata de una columna de aire que entra por la cordillera de la costa.  Esa irrupción de aire cálido en altura, genera condiciones meteorológicas que interrumpen el movimiento de aire en la cuenca, estancándolo y empeorando el escenario de contaminación.

6. La Lluvia no es una solución: Si bien tras precipitaciones la sensación es de un ambiente despejado y limpio, lo cierto es que la lluvia no elimina el MP2,5 de la atmósfera, porque este material no es soluble. El panorama es complejo, porque ese material particulado es el más nocivo para la salud de las personas. Ingresa fácilmente por las vías respiratorias y se anida en los pulmones.

7. Sobre el uso de leña: El uso de la leña no es un problema aislado al sur del país. Es preciso considerar que ésta causa el 70% de la contaminación atmosférica en invierno y el 45% durante el año en la Región Metropolitana.

8. El cambio comienza por casa: En conclusión, ni la lluvia, ni los temporales, ni una serie de cambios en el ecosistema, podrán salvarnos de la contaminación atmosférica en la cuenca de la capital. La acción ciudadana es fundamental. Es urgente que los chilenos consideren disminuir el uso del automóvil, que le den un buen uso a la leña y que a través de políticas públicas –en las que hoy trabaja activamente el gobierno-, se controlen las fuentes industriales y las quemas agrícolas.

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