Por más de tres horas se extendió la declaración como testigo del obispo de Rancagua, Alejandro Goic, en el marco de la indagatoria respecto de eventuales abusos sexuales cometidos por integrantes de la Diócesis de Rancagua.
El caso surgió a raíz de un reportaje de Canal 13, que dio cuenta de denuncias hechas en contra del párroco de Paredones, Luis Rubio Contreras, y otros religiosos quienes serían parte de una “cofradía” de sacerdotes de la diócesis de la ciudad, autodenominada “La Familia”, y cuyos miembros -se presume- cometieron conductas sexuales impropias y posibles abusos. Tras esto, la Diócesis de Rancagua decidió suspender de sus funciones a 14 funcionarios, tras tomar conocimiento de las denuncias. Junto con esto, se interpuso una denuncia ante la fiscalía y se remitieron los antecedentes a la Santa Sede para un eventual proceso canónico.
La diligencia fue solicitada por el propio Goic, para "ofrecer toda su colaboración", según explicó su abogado, Mario Márquez. Pasadas las 18:30 el obispo abandonó la sede del Ministerio Público, la que contaba con funcionarios de Carabineros encargados de su resguardo. En el lugar no formuló declaraciones.
Según detalló el obispado de Rancagua, el encuentro se realizó con el fiscal Sergio Pérez, a quien le ofreció "los antecedentes que él posee y que puedan ayudar en la investigación" que realiza el Ministerio Público.
Además, detallaron, "le ha solicitado información al fiscal que pueda contribuir al proceso que se realiza en la Iglesia".
El sábado, tras el estallido del caso, monseñor Goic pidió perdón por su actuar en el caso. "Reconozco que le di acogida a esta joven (denunciante) que aparece en el reportaje y que actué eventualmente sin la agilidad adecuada en el proceso indagatorio del sacerdote Luis Rubio y otros presbíteros mencionados por ella”, afirmó.
El domingo, Tele13 dio a conocer nuevos antecedentes en los que un sacerdote -de manera anónima- contó detalles del funcionamiento de la organización, donde "tenían tratos femeninos", aseverando que "la abuela era la que la llevaba (comandaba el grupo)". También reveló que en cuanto a la edad de las personas con las que se tenía sexo, "yo creo que todo vale, no hay distinción, pero sí se hacen muchos contactos con menores de edad por la relación de las parroquias".
Tras esto se conoció que el Ministerio Público había iniciado una investigación penal y que la propia Iglesia había enviado los antecedentes al Vaticano, para un posible proceso canónico.