El 6 de septiembre del 2022 Erick Hormazábal recibió un disparo en el cuello cuanto intentaba defender a un grupo de mujeres que eran asaltadas en el Parque Almagro, en Santiago.
Las consecuencias del ataque pudieron ser fatales. El joven de 25 años estuvo en coma inducido durante 15 días, necesitó de 60 dadores de sangre y sufrió tres paros respiratorios, pero logró resistir.
Sin embargo, tuvo secuelas. La principal fue que el joven de padres chilenos nacido en Venezuela perdió la movilidad de sus piernas y pese a que está en reahabilitación, las posibilidades de que vuelva a caminar son escasas, dijeron desde el Instituto de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda (IRPAC).
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“Él tuvo un accidente súper grave y sí o sí va a quedar con secuelas. Está ingresando a este centro para lograr una máxima rehabilitación de forma integral para lograr que sea lo más independiente posible”, dijo Carolina Sylva, médico fisiatra del IRPAC.
El mismo joven contó que tiene la médula espinal lesionada porque no le pudieron sacar la bala que se alojó cerca de su columna. “Era muy peligroso”, le dijeron los médicos.
Mientras la familia buscaba reunir fondos para costear una terapia de electroestimulación que cuesta alrededor de 5 millones de pesos, y que lo ayudaría a progresar en su tratamiento, el centro tecnológico Trainfes les entregó un equipo que le permitirá a Erick y su familia acceder a la terapia.
Su caso judicial sigue abierto y aún no se conoce quienes fueron las personas que lo atacaron.
