Desde que la pandemia del coronavirus tocó suelo chileno el Instituto de Salud Pública, implementó un protocolo para el análisis genético de SARS-CoV-2 (coronavirus) en marzo del año 2020 para tener información actualizada y en tiempo real sobre el virus en el país.
Por eso es que el ISP señala que "la red de vigilancia genómica tiene un carácter mundial que, por un lado, busca fortalecer la capacidad de secuenciación de los laboratorios participantes y por otro, estimular a los países a implementar la vigilancia genómica de rutina".
Además la entidad de salud señala que "el objetivo, es aumentar la cantidad de datos de secuenciación disponibles a nivel global para apoyar el desarrollo de protocolos de diagnóstico, generar información para el desarrollo de vacunas y para entender mejor los patrones de evolución y epidemiología molecular de SARS-CoV-2".
Así es como desde la fecha de los primeros seguimientos, hasta el arranque del 2021, el ISP ha podido identificar 8 variantes de COVID-19, siendo las variantes B.1.1, B.1.1.33 y N4 las más predominantes.
Este análisis se realiza mediante la secuenciación de genomas del virus y permite detectar mutaciones que pueden afectar el comportamiento del virus.
El número de genomas que registra Chile en la plataforma Gisaid corresponde a las secuenciaciones realizadas por varios centros universitarios, así como el Instituto de Salud Pública y cuyos resultados aportan al seguimiento de las posibles variaciones o mutaciones del virus.