Investigadores detectan señales de inestabilidad que precedieron el terremoto del 27F y el de Japón
Una investigación en la que participó un especialista del Centro de Sismología Nacional de la Universidad de Chile, además de científicos de Chile y Alemania, logró detectar señales precursoras en el terremoto que afectó principalmente a la región del Maule en 2010 y también que se percibieron en Japón antes del sismo de Tohoku-Oki en 2011.
Se trata de señales precursoras de deformación observadas con instrumentos GNSS, que se pudieron percibir en estos grandes movimientos telúricos y que tienen meses de duración en una zona extensa de territorio.
“Los grandes terremotos son responsables de algunos de los desastres naturales más devastadores en la historia. Para comprender mejor los mecanismos físicos de la generación de terremotos, las zonas de subducción en todo el mundo son monitoreadas continuamente con instrumentación geofísica y geodésica”, comenzó explicando Juan Carlos Báez, jefe de Geodesia del Centro Sismológico Nacional (CSN) de la Universidad de Chile, y coautor de la investigación.
“Utilizamos un método moderno y robusto diseñado para aislar los movimientos tectónicos seculares de la serie temporal diaria GNSS e identificar movimientos milimétricos anómalos. Los resultados muestran que los terremotos de Maule, Chile (magnitud de momento 8.8) y Tohoku-oki, Japón (magnitud de momento 9.0) fueron precedidos por oscilaciones de 4 a 8 milímetros en el desplazamiento de la superficie, eventos que duraron varios meses y abarcaron más de mil kilómetros”, agregó.
El estudio detectó que, previo a estos grandes terremotos, el terreno se desplazó en dirección opuesta, es decir, hacia el oeste, para luego retomar su dirección habitual, y poco después de esto se produjo el gran terremoto, lo que se observó tanto en el caso de Chile como en el de Japón.
Desde la Universidad de Chile explican que los científicos han encontrado señales precursoras antes de los terremotos de Iquique 2014 y Valparaíso 2017. Lo que sugiere que estas señales puedan acompañar a la mayoría de los grandes terremotos de subducción.