Un informe elaborado por El Mercurio determinó que el Gobierno ha invertido hasta la fecha US$6.080 millones en el sistema de transportes que mueve a la capital.
Con los mismos fondos, el estado podría haber construido casi cuatro líneas de metros como la 3 o la 6, que actualmente se encuentran en construcción. Esos mismos dineros también hubiesen servido para construir nueve aeropuertos como el de Santiago, o dos planes de reconstrucción como el del 27-F con 220 mil viviendas.
Dentro de los gastos más importantes que tiene el Transantiago se encuentra el pago del aporte mensual que el fisco hace al sistema (US$4.693 millones) a lo que se suma los costos de la construcción de corredores y pagos de indemnizaciones por cambios en los contratos de las empresas como Subus o Alsacia.
Al respecto se refirió Gustavo Hasbún, integrante de la Comisión de Transportes de la Cámara de diputados, quien señaló que "resulta impresentable el gasto que genera el Transantiago para todos los chilenos. Una pésima obra, un saco sin fondo que lo único que hace es gastar y gastar dinero y sin ningún tipo de solución en el futuro".
Por lo mismo es que junto con Osvaldo Urrutia, también de la UDI, aseguró que la aprobación de los recursos destinados para el Transantiago el 2017 iba a estar supeditada a la entrega de un subsidio a la tarifa de los adultos mayores de todo el país. Ambos parlamentarios hicieron un llamado a la Nueva Mayoría que se sumen a esta idea.
El diputado Urrutia por su parte también hizo un llamado a la falta de recursos que hay en regiones y aseguró en Emol que en las regiones “prácticamente hay que mendigar para que se construyan hostales, carreteras o nueva infraestructura pública porque siempre se entrega la excusa de que no están disponibles los fondos” y agregó que en “Valparaíso aún estamos suplicando que se licite la avenida España, que su última mejora fue en 1985".
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