Representante de Voces Católicas y dispersión de cenizas: "Constituye un acto contrario a la fe"
La Iglesia Católica prohibió la dispersión de las cenizas tanto en tierra como en mar, cuando se lleva a cabo por razones contrarias a la fe. La entidad explicó que lo que se busca es evitar que las personas se deshagan de forma inapropiada de los restos mortales de sus familiares.
Alejandro Álvarez, abogado, teólogo y vocero de Voces Católicas, explica en T13 AM que "la dispersión de las cenizas no está prohibida, lo que pasa es que ese hecho constituye un acto contrario a la fe católica. La Iglesia valora la sepultura en un lugar determinado y no prohíbe la cremación de restos humanos, pero lo que se busca es establecer condiciones que permitan un respeto al cuerpo, que la memoria de ese difunto sea venerada y es una preocupación en vistas a la resurrección".
El experto sostiene que "la Iglesia no prohíbe, lo que hace es recomendar a los fieles cristianos que sepulten a sus familiares en lugares adecuados o los cremen. El fondo y la razón doctrinaria, es la resurrección de Cristo, en la práctica el respeto al cuerpo humano como el lugar donde habitó el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es sujeto de respeto y valor para los católicos".
Ritual de las exequias
Esta celebración del catolicismo corresponde a la ceremonia que se lleva a cabo durante el entierro, Álvarez, indica que "el ritual se celebrará a toda persona que lo solicite y expresamente a quienes han cremado sus cuerpos pues no hay ninguna limitación, la única condición que pone la Iglesia es que el fiel que pida el esparcimiento de sus cenizas no lo haga por una razón contraria a la fe.
En cuanto a las familias que en algún momento han dispersado los restos de familiares fallecidos o quienes tienen ánforas con cenizas en sus casas, la iglesia recomienda que se resguarde la veneración y la memoria de ese difunto.
La recomendación es que los restos queden en un lugar donde se respete su memoria, ya que lamentablemente la práctica demuestra que luego de 3 o 4 generaciones de familiares, el respeto a las ánforas se pierde y terminan desechando los restos de los difuntos.