Este sábado 12 de mayo termina el horario de verano, por lo que a media noche el reloj deberá retrasarse 60 minutos, siendo nuevamente las 23.00 horas.
A pesar de que el objetivo del ajuste es aprovechar la luz natural, el cambio podría afectar los hábitos de los más pequeños.
La psicóloga de la Fundación Integra, Catalina Fellay explicó que “la primera semana tras la modificación horaria es posible que nuestros hijos presenten alteraciones normales, como problemas con las rutinas de sueño, alimentación o mayor irritabilidad en sus actividades cotidianas”.
Por eso te explicamos cómo preparar a los niños para el cambio de hora.
¿Qué hacer?
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Retrasar progresivamente las rutinas de los niños durante 15 minutos los días antes del ajuste. Por ejemplo, la alimentación y los horarios para levantarse y acostarse.
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Tener paciencia con los cambios en el comportamiento de los más pequeños.
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Idear actividades que los ayuden a afrontar la medida, por ejemplo invitarlos a cambiar juntos el reloj o hacerles notar los cambios de luz en los horarios en que veían dibujos animados.
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Aprovechar la instancia para para explicarles la realidad que los rodea, como las estaciones del año, las caídas de las hojas en otoño o el aumento de las actividades al interior de la casa por las bajas temperaturas.
La experta aclaró que el domingo será el día más complejo para que los niños concilien el sueño, porque “se podrían incomodar por un horario que no les resulta normal”. No obstante, las alteraciones deberían disminuir como máximo en una semana.