Tras la denuncia de los pescadores de la zona de Chiloé por un daño ambiental, un equipo de la ONG internacional ambientalista, Greenpeace, arribó a la isla, en el sector de Carelmapu, para analizar la situación originada tras el complejo panorama ocasionado por la marea roja.
El grupo de ecologistas llegaron a Ancud para recoger información que podría permitir evaluar las denuncias sobre un presunto vertimiento de salmones al mar, a una distancia menor a la establecida por la norma.
Greenpeace aseguró que llegaron a la isla para "investigar y documentar las reales causas de la masiva muerte de especies marinas en la zona. Vamos a denunciar a los responsables y exigir reparación. Para esto, estamos hablando con las comunidades, familias y pescadores locales acompañándolos en esta tragedia".
Según consigna el Bío Bío, Estefania González, coordinadora de campañas de Greenpeace, consideró que "en la isla se vive una de las crisis ambientales y sociales más grandes que se han vivido en Chile en el último tiempo. Nos llegó información por correo y llamadas telefónicas donde decían: necesitamos que esto se sepa”.
El Gobierno anunció que pedirá realizar estudios científicos independientes y de esta forma determinar qué efectos pudo haber tenido el vertimiento de 5 toneladas de salmones en descomposición.
Según información de la Armada, la descarga se realizó a 75 millas mar adentro, respetando la norma establecida en casos de mortandad extrema de peces en la industria salmonera, pero los pescadores de la zona aseguran que se realizó a una distancia menor a la norma, consignó Bío Bío.
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