Actualmente -y desde el 17 de marzo-, las fronteras de Chile se encuentran cerradas para viajes no esenciales. Pero eso podría cambiar a fines de noviembre gracias a un decreto del Ministerio de Salud que permitiría la apertura de éstas.
Según explicó la seremi de Salud Metropolitana, Paula Labra, esto vendría acompañado de un protocolo que establece una serie de controles y medidas de seguridad para evitar un aumento en los contagiados.
"Se está trabajando en un protocolo de manera que sea muy seguro para que podamos evitar que ingresen personas desde el extranjero con algún contagio", sostuvo Labra.
La seremi de Salud también comentó que la normativa no restringirá según el país de origen, sin embargo, "sí habrá restricciones importantes como, por ejemplo, contar con PCR negativo".
Por su parte, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, explicó que el plan del Minsal es de apertura gradual. En esta fase, sólo se levantará el cierre en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez. El resto de fronteras seguirán cerradas.
Entre las diversas medidas que tendrá el permiso de viajes internacionales está, entre otras, que no habrá restricción al ingreso de los visitantes en función de la situación epidemiológica del lugar de donde provengan.
Eso sí, se les pedirá una declaración jurada sobre su origen, destino y eventual presencia de síntomas atribuibles a COVID-19, así como un examen PCR con resultado negativo, cuya antigüedad debe ser menor a 72 horas.
Los visitantes, además, no necesitarán realizar cuarentena y podrán recorrer libremente el país, pero serán controlados a través de una aplicación que va a monitorear sus síntomas.
"Lo más importante es el principio de la trazabilidad y tenemos que tenerlo bien implementado antes de abrir las fronteras. Todas las personas que ingresen al país estarán en un periodo de vigilancia de 14 días", aseguró Daza.